Más de 300 personas se concentraron en Santiago para mostrar su oposición al nuevo plan del pulpo, cuya veda se abre este lunes, al entender que es 'totalmente discriminatorio', y la protesta se ha recrudecido hasta el punto de que hubo petardos y piedras.
Los pescadores posaron sus manos sobre la verja de San Caetano, edificio administrativo de la Xunta, y profirieron distintos improperios a gritos, una tensión que continuó aún cuando llegaron los antidisturbios puesto que algunos de los damnificados por esta medida arrojaron bocadillos, huevos y arrancaron paneles.