El PSOE pedía ahora la marcha atrás de una iniciativa aprobada durante el Gobierno de Zapatero

El PP rechaza la supresión del voto rogado de los emigrantes

Carmela Silva, en un acto de su partido. (Foto: ARCHIVO)
El Congreso rechazó ayer, con el voto mayoritario del PP, varias iniciativas de la oposición que reclamaban la supresión del voto rogado para los españoles residentes en el exterior, y defendió mantener este instrumento por considerarlo una 'garantía' para evitar el fraude electoral.
La supresión del voto rogado -que exige solicitar con antelación el sufragio- la pidieron de forma explícita, en sendas proposiciones en la Comisión Constitucional, el PSOE y la Izquierda Plural, mientras que UPyD reclamó en otra iniciativa una nueva reforma de la ley electoral para establecer un voto en el exterior no discriminatorio y favorecer la participación de este colectivo.

Estos tres partidos recordaron que desde la implantación del voto rogado, la participación electoral de los españoles en el exterior se ha reducido drásticamente, y por eso han pedido un cambio para que vuelva a aumentar. Las tres iniciativas fueron rechazadas por el PP, porque según recordó el diputado de ese partido Juan Carlos Vera, en 2011 se aprobó una reforma apoyada por la gran mayoría del arco parlamentario, PSOE incluido, que introducía el sistema de voto rogado 'no por capricho, ni mucho menos para perjudicar a los ciudadanos' sino para dar 'más fiabilidad' y reducir las posibilidades de fraude.

Vera reconoció que el voto rogado supone menos participación, pero eso es algo que no es nuevo, porque ocurría cuando los emigrantes españoles votaban en las municipales, elecciones para las que también debían hacer constar su intención de votar. El diputado del PP aseguró no obstante que su partido está dispuesto a estudiar con los demás grupos cuantas medidas sean necesarias para mejorar el procedimiento, y animó a todos a proponer y consensuar cambios que faciliten la participación; incluso señaló que no le disgusta la idea de una circunscripción única en el exterior, como piden algunos partidos.

Aunque la reforma se aprobó durante el anterior Gobierno socialista, la diputada del PSOE Carmela Silva explicó que su partido cree ahora que fue un error implantar el voto rogado, porque en los últimos comicios fue 'elevadísimo' el número de ciudadanos que tuvo 'serias dificultades' para ejercer su derecho al voto. Dichas dificultades, añadió, son una causa 'más que suficiente' para reflexionar sobre este procedimiento que está dando resultados no deseados.

Silva aludía así a los malos datos de participación, que se redujo en las últimas elecciones generales a menos del 5 por ciento, frente al 30 por ciento de las anteriores.


OTRAS OPINIONES

Como un auténtico 'vía crucis' calificó el diputado de IU Joan Josep Nuet el proceso por el que tienen que pasar los emigrantes españoles para ejercer su derecho fundamental al voto, y por eso reclamó acabar con el voto rogado. En un sentido similar se pronunció Irene Lozano, de UPyD, partido que no reclamó explícitamente la supresión del voto rogado, aunque sí solicitó medidas que mejoren el procedimiento y fomenten la participación.

Por contra, Olaia Fernández Davila, del BNG, defendió el mantenimiento del voto rogado porque evita el fraude que se vivía, subrayó, en comunidades como Galicia.

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