Sea blanco o azul, el pescado es rico en proteínas y grasas saludables para los vasos sanguíneos y el corazón. Aporta vitaminas y minerales a una dieta infantil que, según los nutricionistas, depende cada vez más de los menús que se sirven en los colegios. El Libro Blanco de la Alimentación Escolar asegura que son desequilibrados e insta a seguir los consejos de los especialistas para los platos en los comedores. Los menús, según los nutricionistas, combinan el exceso de grasas y proteínas con una deficiente cantidad de carbohidratos.
Tres piezas de fruta, dos de verdura, un plato de legumbres, una ración de pescado a la semana y mucha carne. Casi todos los menús que se sirven en los colegios están cortados por el mismo patrón.
Los últimos estudios realizados por el FROM (Fondo de Regulación y Organización del Mercado de Productos de la Pesca y Cultivos Marinos) detectaban un consumo insuficiente de pescado en los comedores infantiles. La dieta diaria infantil no incorpora la cantidad de pescado que recomiendan los nutricionistas y eso ha llevado a la Consellería de Pesca a impulsar varias campañas dirigidas a padres, educadores y niños. Lo ideal sería introducir tres raciones semanales como mínimo, tanto en las escuelas como en casa.
Aprovechando la variedad de productos y la versatilidad para la preparación, los productos del mar han ido ganado espacio y frecuencia en los platos. Es un alimento bajo en grasas, eficaz para prevenir enfermedades cardiovasculares y fácil de asimilar. Son demasiadas las virtudes y escasas las razones para mantenerlo discriminado en los comedores escolares. Cada vez más niños emplean el servicio de comedor en el colegio y hay que concentrar todos los esfuerzos a la hora de organizar los menús y de equilibrar la dieta que se les ofrece, explica Jesús Román Martínez, autor del Libro Blanco de la Alimentación Escolar, que recomienda un consumo de dos o tres raciones por semana.
Mente sana en cuerpo sano. Los niños no sólo alimentan su intelecto en el colegio; cada vez son más los que tienen en el centro escolar su comedor de lunes a viernes. Esto convierte el menú en una pieza clave para lograr un desarrollo equilibrado y saludable; las tablas de alimentación que determinan la confección de estos menús inciden en la necesidad de garantizar la ingesta frecuente de pescado, fruta, legumbre, verdura y hortalizas; instan, por el contrario, a erra dicar los precocinados y la bollería.
Los expertos recomiendan aumentar el consumo de pescado y aceite de oliva, así como una presencia destacada en el menú de vegetales, frutas y lácteos. Desaconsejan, por el contrario, la comida rápida y las bebidas blandas. Insisten en la importancia de hacer cinco comidas al día, destacan el apor te energético del desayuno y recomiendan el picoteo a media mañana. No es necesario gastar mucho para que el menú del comedor escolar sea equilibrado, explica Rosaura Leis, del departamento de Pediatría de la Universidad de Santiago. Puede ser mejorable a nivel nutricional, pero la comida del colegio no es más inadecuada que la preparada por los padres en casa.
El pescado es, al igual que las frutas y las verduras, un alimento básico de escasa aceptación entre los niños. Educar a los niños a que coman de todo y a que valoren la importancia de seguir unas pautas saludables de alimentación y no atiendan sólo a las urgencias del apetito y a sus preferencias gustativas requiere un esfuerzo de padres y educadores. El pescado, blan co o azul, debe comerse no menos de cuatro veces por semana, entre comidas y cenas.
Los especialistas también han constatado una mejoría en la información facilitada a los padres sobre la alimentación de los hijos en el colegio. Difícilmente podrán saber qué conviene ponerles en casa para cenar si no saben lo que han comido.
Xan y Raspiña consiguen cambiar los hábitos de consumo
Xan, un dibujo animado de estética manga, se ha ganado la complicidad de muchos niños y los ha convencido de lo saludable que es comer el pescado. El protagonista de la campaña Sonche Xan! no ha estado sólo en esta batalla; Raspiña, mascota de Uhmmmm... peixe!!!!, le ha echado una mano.
La Consellería de Pesca decidió recurrir a estos dos colaboradores para combatir las carencias detectadas por diferentes estudios sobre los comedores escolares. El encargado por el FROM en 2006 indica que la ingesta real de pescado, inferior a 90 gramos por ración, está lejos de los 150 gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud; el informe alerta de la escasa presencia en los menús y la limitada elaboración.
El pescado no es un alimenta atractivo para un tercio de los alumnos. Xan y Raspiña luchan contra este rechazo y advierten de los problemas de sobrepeso que, según la Encuesta Nacional de Salud, padecen un 27% de los niños.
El estudio del FROM sobre el consumo de pescado en comedores escolares detectaba una baja presencia en relación a otros alimentos. Reitera que la ingesta es menor de lo recomendable e incide en que no siempre es elemento principal del plato. Parece evidente que el pescado no es muy frecuente en los menús y la oferta de platos elaborados con él no es muy variada. Cuando es el elemento principal del plato, una de cada dos veces se sirve merluza frita rebozada y acompañada de ensalada.
Campañas como las impulsadas por la Consellería de Pesca han conseguido modificar la actitud de muchos escolares, pero hay trabajo pendiente. No todos acaban las raciones que les sirven y muchos siguen dándole vueltas a los trozos de pescado.
Los últimos estudios realizados por el FROM (Fondo de Regulación y Organización del Mercado de Productos de la Pesca y Cultivos Marinos) detectaban un consumo insuficiente de pescado en los comedores infantiles. La dieta diaria infantil no incorpora la cantidad de pescado que recomiendan los nutricionistas y eso ha llevado a la Consellería de Pesca a impulsar varias campañas dirigidas a padres, educadores y niños. Lo ideal sería introducir tres raciones semanales como mínimo, tanto en las escuelas como en casa.
Aprovechando la variedad de productos y la versatilidad para la preparación, los productos del mar han ido ganado espacio y frecuencia en los platos. Es un alimento bajo en grasas, eficaz para prevenir enfermedades cardiovasculares y fácil de asimilar. Son demasiadas las virtudes y escasas las razones para mantenerlo discriminado en los comedores escolares. Cada vez más niños emplean el servicio de comedor en el colegio y hay que concentrar todos los esfuerzos a la hora de organizar los menús y de equilibrar la dieta que se les ofrece, explica Jesús Román Martínez, autor del Libro Blanco de la Alimentación Escolar, que recomienda un consumo de dos o tres raciones por semana.
Mente sana en cuerpo sano. Los niños no sólo alimentan su intelecto en el colegio; cada vez son más los que tienen en el centro escolar su comedor de lunes a viernes. Esto convierte el menú en una pieza clave para lograr un desarrollo equilibrado y saludable; las tablas de alimentación que determinan la confección de estos menús inciden en la necesidad de garantizar la ingesta frecuente de pescado, fruta, legumbre, verdura y hortalizas; instan, por el contrario, a erra dicar los precocinados y la bollería.
Los expertos recomiendan aumentar el consumo de pescado y aceite de oliva, así como una presencia destacada en el menú de vegetales, frutas y lácteos. Desaconsejan, por el contrario, la comida rápida y las bebidas blandas. Insisten en la importancia de hacer cinco comidas al día, destacan el apor te energético del desayuno y recomiendan el picoteo a media mañana. No es necesario gastar mucho para que el menú del comedor escolar sea equilibrado, explica Rosaura Leis, del departamento de Pediatría de la Universidad de Santiago. Puede ser mejorable a nivel nutricional, pero la comida del colegio no es más inadecuada que la preparada por los padres en casa.
El pescado es, al igual que las frutas y las verduras, un alimento básico de escasa aceptación entre los niños. Educar a los niños a que coman de todo y a que valoren la importancia de seguir unas pautas saludables de alimentación y no atiendan sólo a las urgencias del apetito y a sus preferencias gustativas requiere un esfuerzo de padres y educadores. El pescado, blan co o azul, debe comerse no menos de cuatro veces por semana, entre comidas y cenas.
Los especialistas también han constatado una mejoría en la información facilitada a los padres sobre la alimentación de los hijos en el colegio. Difícilmente podrán saber qué conviene ponerles en casa para cenar si no saben lo que han comido.
Xan y Raspiña consiguen cambiar los hábitos de consumo
Xan, un dibujo animado de estética manga, se ha ganado la complicidad de muchos niños y los ha convencido de lo saludable que es comer el pescado. El protagonista de la campaña Sonche Xan! no ha estado sólo en esta batalla; Raspiña, mascota de Uhmmmm... peixe!!!!, le ha echado una mano.
La Consellería de Pesca decidió recurrir a estos dos colaboradores para combatir las carencias detectadas por diferentes estudios sobre los comedores escolares. El encargado por el FROM en 2006 indica que la ingesta real de pescado, inferior a 90 gramos por ración, está lejos de los 150 gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud; el informe alerta de la escasa presencia en los menús y la limitada elaboración.
El pescado no es un alimenta atractivo para un tercio de los alumnos. Xan y Raspiña luchan contra este rechazo y advierten de los problemas de sobrepeso que, según la Encuesta Nacional de Salud, padecen un 27% de los niños.
El estudio del FROM sobre el consumo de pescado en comedores escolares detectaba una baja presencia en relación a otros alimentos. Reitera que la ingesta es menor de lo recomendable e incide en que no siempre es elemento principal del plato. Parece evidente que el pescado no es muy frecuente en los menús y la oferta de platos elaborados con él no es muy variada. Cuando es el elemento principal del plato, una de cada dos veces se sirve merluza frita rebozada y acompañada de ensalada.
Campañas como las impulsadas por la Consellería de Pesca han conseguido modificar la actitud de muchos escolares, pero hay trabajo pendiente. No todos acaban las raciones que les sirven y muchos siguen dándole vueltas a los trozos de pescado.
