Tres científicos de su universidad logran 1,5 millones de euros para investigar en física y salud

Santiago se lleva las becas más competitivas de la UE

El rector de la USC, Juan Casares, conversa con científicos becados con las bolsas 'Starting Grant'. (Foto:       XOAN REY)
Tres científicos de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) consiguieron las becas 'Starting Grant', dotadas cada una con 1,5 millones de euros, para investigar en el campo de la física teórica y en el de la salud. Con este logro, son ya cuatro los científicos de la USC que obtienen esta beca desde su creación en 2007. Para destacar la importancia de esta cifra, basta señalar que en España sólo se concedieron 'Starting Grant' a 68 personas.
Los tres investigadores indicaron que el importe de la beca se destina fundamentalmente a la contratación de personal y a la compra del material necesario. El primer científico de la Universidade de Santiago que obtuvo la beca fue, en 2010, Francisco Rivadulla, del grupo de investigación de Magnetismo y Nanotecnología.

Este año, en el mes de junio, Carlos Salgado resultó también beneficiario para estudiar los estados de la materia a 'altísimas temperaturas'. Según explicó él mismo, su proyecto se centrará en examinar el estado de la materia 'microsegundos después' del 'Big Bang' y de profundizar en los primeros resultados del colisionador de partículas (LHC) del CERN suizo.

Miguel López y Rubén Nogueiras fueron los dos últimos en recibir la beca y su trabajo se centra en las ciencias de la salud,principalmente en la obesidad. En palabras del primero, se especializaron en esta enfermedad porque es un importante 'problema de salud pública' y porque se prevé que dentro de 20 años 'fallecerá más gente por obesidad que por hambre'.

Así, Miguel López estudiará el papel de los lípidos en el hipotálamo y la posibilidad de que interfieran con los mecanismos moleculares que regulan la ingesta de alimentos y el gasto energético para poder controlarlos mejor. Mientras que su compañero Nogueiras analizará la función de un gen supresor tumoral en la regulación del apetito, el peso corporal y los niveles de glucosa en sangre, de modo que podría servir para tratar la obesidad y la diabetes de tipo dos.

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