El ex presidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño alerta de los riesgos que siempre ha tenido su partido de actuar como una especie de delegación de Ferraz y recuerda que este comportamiento derivó, a finales del siglo pasado, en que el PSdeG resultara ser la tercera fuerza más votada. Ahora, cuando se cumple un año de la derrota electoral que devolvió al PP a San Caetano, pone el foco sobre la situación actual y apela a la necesidad de generar nuevamente la fuerza de un proyecto autónomo, creíble y propio.
Un proyecto comprometido con el país, defendió, en una entrevista, en la que reivindicó un Partido Socialista que no sea subalterno ni dependiente de nadie. Ese es un riesgo que tiene siempre, por lo que debemos tener una tensión permanente, advirtió, a pesar de su convencimiento de que la actual dirección está trabajando en ese sentido. De igual modo, opinó que los compañeros que están en primera línea irán acometiendo un proceso de renovación con el ritmo que estimen necesario, e igual esfuerzo recomendó al Bloque.
A las dos fuerzas de la oposición aconsejó encarar un análisis a fondo de cara al futuro, porque Galicia necesita una alternativa al PP que necesariamente ha de pasar por la reactualización y renovación de ambas formaciones. La historia de la alternativa al PP fue siempre la historia de la relación entre la izquierda y el nacionalismo, insistió, para aconsejar estudiar y analizar los errores y limitaciones de esa unión, tanto en el Gobierno como al otro lado, y asumir cada uno su parte de corrección.
No se puede rehuir el debate, remarcó, para apelar a la importancia de construir un discurso que permita hacer creíble el papel y la relación con el nacionalismo. Es el desafío que tiene la izquierda, subrayó quien fuera líder del Ejecutivo gallego, que desveló la receta para entrar en Monte Pío: el éxito llega a un partido que es capaz de dialogar con la sociedad gallega y entenderla.
ANALISIS DE LA DERROTA
Tras explicar la forma de recuperar la confianza ciudadana, el ex líder del PSdeG profundizó en las causas que precipitaron su salida de San Caetano. Fue un caso prototípico en el que un gobierno cambia a consecuencia estrictamente de lo que ocurre en campaña, reflexionó, para sumar las acusaciones falsas e infundadas del PP al diseño con errores de los socialistas. De diseño, movilización y contestación al adversario, concretó, y lo atribuyó a la percepción de que no había riesgo de pérdida.
La crisis como elemento de desgaste y desafección de los ciudadanos fue otro de los factores, según Touriño, quien añadió que, en esta coyuntura, la sociedad fue más receptiva a las acusaciones de los populares. A esto, incorporó las disensiones y la competición entre los socios del gobierno a partir de agosto de 2008.
En su análisis, vinculó también las críticas del PP sobre la existencia de dos gobiernos con la cuestión lingüística, ya que, a su juicio, el partido que sustenta actualmente la Xunta utilizó el gallego para afirmar que existían dos gobiernos peleados y un presidente prisionero del partido minoritario. En todo caso, rechazó que imperase en Galicia una sensación de imposición, que achacó a la existencia de una minoría gritona y de un partido que le dio un altavoz.
De cualquier modo, se reafirmó en su decisión de abandonar la Secretaría Xeral del PSdeG al día siguiente de conocer el resultado electoral ante su convencimiento de que alguien tenía que hacer de fusible. Creo que hice lo que debía, porque me correspondía ese papel de concentrar la responsabilidad y permitir que se abriera un período de renovación, resolvió.
EL FUTURO
A mayores, se mostró dispuesto a colaborar en lo que necesite su partido. Me he retirado y, definitivamente, estoy en segunda línea, pero no dejaré nunca de estar en la trinchera, a disposición del PSdeG y de Galicia. No me veo de otra manera, enfatizó el ex dirigente autonómico, quien, en cambio, rechazó dar consejos por entender que sería lo peor que podría hacer. No entra dentro de mi función y, por otra parte, tampoco se me piden, puntualizó.
Sobre el actual dirigente de los socialistas gallegos, consideró que lo mejor que tiene es el apoyo de los militantes, del partido y de la dirección. Tiene también el mío, desde luego, para la responsabilidad la tarea con la que se ha comprometido, garantizó.
Por su parte, se mostró francamente bien, tranquilo, relajado y más volcado en otras cosas. Así, avanzó que estudia retomar la docencia como ponente en masters universitarios y que actualmente trabaja en un proyecto de investigación centrado en la potencialidad de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal.
En cuanto a su permanencia en la Cámara gallega, se mostró más escueto al afirmar que nunca ha medido ni pesado el tiempo que permanecería en su escaño. Creo que es bueno democráticamente no trasladar la imagen de que uno abandona una institución porque haya perdido o ganado unas elecciones, sostuvo.
BALANCE DEL NUEVO GOBIERNO
A punto de cumplirse un año de Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, su antecesor en el cargo no dudó en cargar contra su forma de ejercer el liderazgo para revisar y demoler el pasado, al tiempo que censuró su incapacidad para construir y para hacer país.
Es lo que más preocupa, porque uno pediría al presidente que construya, una e integre, sobre todo, en tiempo de crisis y dificultades, razonó, al señalar que Galicia se encuentra en la peor de las situaciones económicas a lo largo de su historia autonómica. Por ello, reprobó que Feijóo se descomprometa y se desresponsabilice para evidenciar que esto no tiene nada que ver con él.
Tras esto, subrayó que no querer aparecer en la fotografía de la crisis puede ser inteligente desde la perspectiva electoral, pero no es positivo desde el punto de vista del interés general. A mayores, recordó al actual presidente de la Xunta que cuenta con una mayoría para gobernar pero que no le confiere hegemonía para dividir a Galicia en cuestiones altamente preocupantes, como la lengua y el territorio.
Al hilo de estos asuntos, urgió la reforma del Estatuto y lamentó el dislate que supuso la ruptura del consenso en torno al gallego.
Por mucho que uno quiera ganar las elecciones y ser presidente, hay facturas que no se deben pasar al país, sentenció.
CAJAS
Finalmente, sobre la situación actual de las cajas de ahorro, advirtió de que Galicia no se puede permitir desaparecer del mapa financiero español. Por ello, consideró imprescindible la fusión, pero auguró que sólo tendrá éxito en la medida que se explique convincentemente que es fruto de la voluntad, inteligencia y generosidad y que culminará en una nueva caja equilibrada y paritaria.
De hecho, atribuyó la oposición de la caja viguesa a que el proceso nació impulsado desde poderes fácticos del norte, cuyo mensaje caló en el sur como un intento de agresión, de absorción y de ocupación. No se gobierna desde los medios de comunicación, sino liderando el proceso desde la responsabilidad para que las dos cajas sean las protagonistas, argumentó el ex mandatario.
De igual modo, criticó el intervencionismo político feroz de la Xunta, que a su juicio, trató de diseñar la fusión como un parto con fórceps. El liderazgo político debió servir para impulsar el proceso, reflexionó, para concluir que difícilmente se podría haber hecho peor.
A las dos fuerzas de la oposición aconsejó encarar un análisis a fondo de cara al futuro, porque Galicia necesita una alternativa al PP que necesariamente ha de pasar por la reactualización y renovación de ambas formaciones. La historia de la alternativa al PP fue siempre la historia de la relación entre la izquierda y el nacionalismo, insistió, para aconsejar estudiar y analizar los errores y limitaciones de esa unión, tanto en el Gobierno como al otro lado, y asumir cada uno su parte de corrección.
No se puede rehuir el debate, remarcó, para apelar a la importancia de construir un discurso que permita hacer creíble el papel y la relación con el nacionalismo. Es el desafío que tiene la izquierda, subrayó quien fuera líder del Ejecutivo gallego, que desveló la receta para entrar en Monte Pío: el éxito llega a un partido que es capaz de dialogar con la sociedad gallega y entenderla.
ANALISIS DE LA DERROTA
Tras explicar la forma de recuperar la confianza ciudadana, el ex líder del PSdeG profundizó en las causas que precipitaron su salida de San Caetano. Fue un caso prototípico en el que un gobierno cambia a consecuencia estrictamente de lo que ocurre en campaña, reflexionó, para sumar las acusaciones falsas e infundadas del PP al diseño con errores de los socialistas. De diseño, movilización y contestación al adversario, concretó, y lo atribuyó a la percepción de que no había riesgo de pérdida.
La crisis como elemento de desgaste y desafección de los ciudadanos fue otro de los factores, según Touriño, quien añadió que, en esta coyuntura, la sociedad fue más receptiva a las acusaciones de los populares. A esto, incorporó las disensiones y la competición entre los socios del gobierno a partir de agosto de 2008.
En su análisis, vinculó también las críticas del PP sobre la existencia de dos gobiernos con la cuestión lingüística, ya que, a su juicio, el partido que sustenta actualmente la Xunta utilizó el gallego para afirmar que existían dos gobiernos peleados y un presidente prisionero del partido minoritario. En todo caso, rechazó que imperase en Galicia una sensación de imposición, que achacó a la existencia de una minoría gritona y de un partido que le dio un altavoz.
De cualquier modo, se reafirmó en su decisión de abandonar la Secretaría Xeral del PSdeG al día siguiente de conocer el resultado electoral ante su convencimiento de que alguien tenía que hacer de fusible. Creo que hice lo que debía, porque me correspondía ese papel de concentrar la responsabilidad y permitir que se abriera un período de renovación, resolvió.
EL FUTURO
A mayores, se mostró dispuesto a colaborar en lo que necesite su partido. Me he retirado y, definitivamente, estoy en segunda línea, pero no dejaré nunca de estar en la trinchera, a disposición del PSdeG y de Galicia. No me veo de otra manera, enfatizó el ex dirigente autonómico, quien, en cambio, rechazó dar consejos por entender que sería lo peor que podría hacer. No entra dentro de mi función y, por otra parte, tampoco se me piden, puntualizó.
Sobre el actual dirigente de los socialistas gallegos, consideró que lo mejor que tiene es el apoyo de los militantes, del partido y de la dirección. Tiene también el mío, desde luego, para la responsabilidad la tarea con la que se ha comprometido, garantizó.
Por su parte, se mostró francamente bien, tranquilo, relajado y más volcado en otras cosas. Así, avanzó que estudia retomar la docencia como ponente en masters universitarios y que actualmente trabaja en un proyecto de investigación centrado en la potencialidad de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal.
En cuanto a su permanencia en la Cámara gallega, se mostró más escueto al afirmar que nunca ha medido ni pesado el tiempo que permanecería en su escaño. Creo que es bueno democráticamente no trasladar la imagen de que uno abandona una institución porque haya perdido o ganado unas elecciones, sostuvo.
BALANCE DEL NUEVO GOBIERNO
A punto de cumplirse un año de Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, su antecesor en el cargo no dudó en cargar contra su forma de ejercer el liderazgo para revisar y demoler el pasado, al tiempo que censuró su incapacidad para construir y para hacer país.
Es lo que más preocupa, porque uno pediría al presidente que construya, una e integre, sobre todo, en tiempo de crisis y dificultades, razonó, al señalar que Galicia se encuentra en la peor de las situaciones económicas a lo largo de su historia autonómica. Por ello, reprobó que Feijóo se descomprometa y se desresponsabilice para evidenciar que esto no tiene nada que ver con él.
Tras esto, subrayó que no querer aparecer en la fotografía de la crisis puede ser inteligente desde la perspectiva electoral, pero no es positivo desde el punto de vista del interés general. A mayores, recordó al actual presidente de la Xunta que cuenta con una mayoría para gobernar pero que no le confiere hegemonía para dividir a Galicia en cuestiones altamente preocupantes, como la lengua y el territorio.
Al hilo de estos asuntos, urgió la reforma del Estatuto y lamentó el dislate que supuso la ruptura del consenso en torno al gallego.
Por mucho que uno quiera ganar las elecciones y ser presidente, hay facturas que no se deben pasar al país, sentenció.
CAJAS
Finalmente, sobre la situación actual de las cajas de ahorro, advirtió de que Galicia no se puede permitir desaparecer del mapa financiero español. Por ello, consideró imprescindible la fusión, pero auguró que sólo tendrá éxito en la medida que se explique convincentemente que es fruto de la voluntad, inteligencia y generosidad y que culminará en una nueva caja equilibrada y paritaria.
De hecho, atribuyó la oposición de la caja viguesa a que el proceso nació impulsado desde poderes fácticos del norte, cuyo mensaje caló en el sur como un intento de agresión, de absorción y de ocupación. No se gobierna desde los medios de comunicación, sino liderando el proceso desde la responsabilidad para que las dos cajas sean las protagonistas, argumentó el ex mandatario.
De igual modo, criticó el intervencionismo político feroz de la Xunta, que a su juicio, trató de diseñar la fusión como un parto con fórceps. El liderazgo político debió servir para impulsar el proceso, reflexionó, para concluir que difícilmente se podría haber hecho peor.