Más de tres meses han pasado desde el repentino fallecimiento del Rey del Pop y aún hoy se siguen conociendo detalles sobre la interminable autopsia del cantante. Pese a que el pasado mes de agosto se reveló la causa del fallecimiento, mucho se ha hablado del estado físico en el que se encontraba el artista en el momento de su muerte.
Según revela la BBC,Michael Jackson se encontraba 'bastante sano', tenía 'un corazón fuerte' y su peso era el adecuado para un hombre de su altura, desmintiendo de esta forma los rumores de un estado físico muy debilitado.
Sin embargo, el documento de la autopsia de Jackson también desvelan que el cantante tenía tatuados tanto los labios como las cejas, además de numerosas marcas de inyecciones en los brazos. Michael podría haber sufrido a su vez problemas de artritis, así como una inflamación de pulmones.
Jackson, que falleció el pasado 25 de junio a causa de un ataque al corazón, también mostraba numerosas marcas y cicatrices de intervenciones de cirugía estética a las que se sometió, calculándose hasta 13 entre retoques de nariz y orejas y varias sesiones de despigmentación de la piel.
También lucía un tatuaje oscuro alrededor de la cabeza para disimular su calvicie, sobre todo en la zona frontal, en la que estaba completamente calvo. Presentaba además una gran cicatriz en el hombro derecho.
El problema de salud más serio del Michael fue sin duda la inflamación crónica de los pulmones, sin llegar a ser afectar a su salud de tal forma que pudiera haberle causado la muerte.
Sin embargo, ninguno de estos problemas físicos tendría porque haber impedido o limitado al cantante subirse a un escenario o hacer vida normal. De hecho fue la fatídica mezcla de propofol con otros medicamentos mal administrada la que causó la muerte de Michael Jackson, dejando sin Pop al Rey.
Sin embargo, el documento de la autopsia de Jackson también desvelan que el cantante tenía tatuados tanto los labios como las cejas, además de numerosas marcas de inyecciones en los brazos. Michael podría haber sufrido a su vez problemas de artritis, así como una inflamación de pulmones.
Jackson, que falleció el pasado 25 de junio a causa de un ataque al corazón, también mostraba numerosas marcas y cicatrices de intervenciones de cirugía estética a las que se sometió, calculándose hasta 13 entre retoques de nariz y orejas y varias sesiones de despigmentación de la piel.
También lucía un tatuaje oscuro alrededor de la cabeza para disimular su calvicie, sobre todo en la zona frontal, en la que estaba completamente calvo. Presentaba además una gran cicatriz en el hombro derecho.
El problema de salud más serio del Michael fue sin duda la inflamación crónica de los pulmones, sin llegar a ser afectar a su salud de tal forma que pudiera haberle causado la muerte.
Sin embargo, ninguno de estos problemas físicos tendría porque haber impedido o limitado al cantante subirse a un escenario o hacer vida normal. De hecho fue la fatídica mezcla de propofol con otros medicamentos mal administrada la que causó la muerte de Michael Jackson, dejando sin Pop al Rey.
