Ya es Navidad y nosotros, borreguitos consumistas, tenemos que empezar a estresarnos con la compra de regalos. Mi consejo: regalen libros.
Desde que se retiró de los escaparates el último adorno de Halloween ya es Navidad y nosotros, borreguitos consumistas, tenemos que empezar a estresarnos con la compra de regalos. Mi consejo: regalen libros. ¿Cuáles? Por si son de esos librepensadores que desconocen la existencia de otros que no sean los de la saga Crepúsculo, Grey o “El Tiempo entre Costuras”, aquí van unas sugerencias adecuadas a sus necesidades.
A padres y suegros: cualquiera de Pérez Reverte. Lleno de batallitas y con una filosofía de vida y unas ideas más antiguas que la tos pero con pinta de modernas es ideal para los hombres de la anterior generación y gran parte de los de ésta.
A madres y suegras: “Las edades de Lulú”. Para que recuerden (o sepan) que hay erotismo bien escrito, que las mujeres son seres con fantasías sexuales y que Almudena Grandes escribe pero que muy bien.
A las amistades: cualquiera de Lionel Shriver. Tras su lectura, las conversaciones dejarán de ser sobre política (¡me aburro!) y empezarán a ser sobre temas apasionantes y personales.
A los abuelos: “La sonrisa etrusca”. Esa generación que era conservadora y machista pero al menos lo sabía, merece verse representada, comprendida y querida como en este bonitísimo libro de Jose Luis Sampedro.
A las abuelas: “No, no quiero hacer Aqugym” de Virginia Ironside. Porque cuando te haces realmente mayor y ya no tienes que aguantar a tus hijos, al idiota de tu jefe y al desgraciado de tu marido que-en-paz-descanse, empieza lo bueno.
Y por si eres de los que también tiene que regalar al idiota del jefe, ahí va uno muy bueno: “Si Harry Potter dirigiera General Electric”, un divertido tratado sobre liderazgo en la empresa. Ay, si los jefes españolitos leyeran esto, qué diferente sería todo… En fin, feliz consumismo.