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“Niebla en Tánger”, una metanovela

La escritora Cristina López Barrio, flamante finalista del Premio Planeta, se sumergió en el proceso de creación de la obra durante un año

“Cotidianeidad en los parques”, de Cortázar, fue “el fogonazo” y una idea “devoradora” se apoderó de ella como “una alimaña”, por eso Cristina López Barrio, flamante finalista del Premio Planeta, “no puede estar más feliz” de haber acabado su “metanovela” “Niebla en Tánger” con tan buen resultado.

La madrileña (1970) es abogada, especialista en Propiedad Intelectual, pero desde 2010, año de su debut con “La casa de los amores imposibles”, su vida es la literatura; “no obstante a veces echo de menos el derecho; siempre he sido muy idealista y la idea de preparar la defensa de alguien me sigue atrayendo mucho”, explica en una entrevista. Con la novela ganadora ha hecho un ejercicio de metaliteratura y “la alimaña” que acecha en la idea de que un personaje encuentre la explicación de lo que le ocurre en una novela la devoró “como un fuego” durante el proceso de creación, cerca de un año.

“No me soltó hasta que no la escribí”, asegura remedando lo que decía el argentino. Pero no es la única influencia, porque a ese juego de la novela dentro de la novela, suma lo que propone Oscar Wilde en “La decadencia de la mentira”, es decir, “la creación literaria como generadora de vida propia”, así como la tragedia griega, de la que se declara amante devota.

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