HISTORIA

La pirámide que resucitaba a los muertos

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photo_camera La pirámide del rey Unas.

La pirámide del rey Unas puede ser la menos conocida de Egipto y quizá la más importante. Se trata de la primera vez que el hombre trató de construir una máquina de resurrección que incluía en su interior el texto del Libro de los Muertos.

Al contrario que los grandes monumentos de Egipto, la pirámide de Unas, de la V Dinastía (2300 antes de Cristo), pasa casi por completo desapercibida. Se encuentra al lado de uno de los grandes monumentos del país, la escalonada de Zoser, de la Dinastía III (en torno al 2.600 antes de Cristo) y apenas tiene visitantes, entre otros motivos porque hace siglos que perdió su recubrimiento exterior. Ahora parece una montaña de arena en el paisaje del desierto. El interés se esconde en su interior.

Un pasadizo abierto permite entrar hasta la cámara, donde se encuentra el sarcófago que debería contener la momia de Unas. Como en el resto de pirámides está vacío. Se supone que pese a todas las precauciones, la tumba también fue violada por ladrones en busca del ajuar funerario del monarca.
La pirámide tiene dos características que la hacen singular. La primera, que los arquitectos idearon un mecanismo a base de arena que cerraría por completo el interior, blindándolo contra los ladrones de tumbas. Una técnica espectacular que sirvió de guión para la célebre -y muy equivocada- película “Tierra de faraones”, donde el acceso a la cámara de Keops quedaba bloqueado con un ingenioso sistema. El film finalizaba con el rey en su sarcófago y a su lado la pérfida viuda desesperada y un grupo de sacerdotes que acompañarían el sueño eterno del Hijo de Ra.

En realidad, ni así se selló la cámara del rey Keops –fue como queda dicho la de Unas, dos siglos más tarde- ni los egipcios enterraban en vida a los familiares y servidores del difunto, una terrible práctica que al parecer sí realizaron los monarcas anteriores a la fundación del reino unificado. Hay excavaciones que señalan que en torno al 3100 antes de Cristo, por tanto unos 500 años antes de Zoser, los hipogeos reales contenían cámaras donde esposas y esclavos compartían el destino de su señor. Pero poco después se sustituyeron a hombres y mujeres por unas figurillas, denominadas “ushebti”, que cumplirían dicha misión, servir al amo en la otra vida.

Pero lo más importante de Unas es que fue el primero de los reyes que dispuso de un “manual” para pasar a la otra vida, denominado “texto de las pirámides”, transposición del llamado “libro de los muertos”, que ni es un libro ni trata sobre muertos, sino un suerte de manual acerca del tránsito del alma (denominado Ba) por el inframundo y sobre los peligros que tiene que afrontar antes de unirse al Dios Ra.

Mientras todas las pirámides anteriores están vacías, con las paredes lisas, sin jeroglíficos ni grabados, la cámara mortuoria de Unas se encuentra por completo llena de escritura, ideada no para decorar, sino para que el faraón pudiera seguir su camino hacia el inframundo con facilidad, sorteando las dificultades del viaje. Los mismos textos se repetirían más adelante en otros sepulcros reales y en papiros, a medida que la creencia en la otra vida se fue “democratizando” y pasó de ser un privilegio del faraón a convertirse en el destino de todo hombre, lo que hizo muy popular la religión.

Tal esperanza en el más allá la asumiría el judaísmo, y con ello cristianos y musulmanes. Pero el tránsito desde Egipto al mundo de Ra (denominado Aaru, el equivalente al paraíso, que no era sino una reproducción ideal de Egipto) no era en absoluto sencillo y necesitaba de instrucciones para conseguir avanzar en la barca solar por una especie de río. El momento cumbre, y así aparece en el capítulo 125 del Libro de los Muertos, era el juicio de Osiris, cuando Annubis, el Dios de los muertos, pesaba el corazón del difunto con la pluma Maat, símbolo de la Justicia. Un juicio del alma que también asumiría el cristianismo y que Unas esperaba superar. Todo procede de Egipto…

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