La madera, la espera, la base de Albariño, se conjugan aportando un singular compendio de aromas y sabores que no tienen nada que envidiar a los de brandies de alta gama
¿Por qué en Galicia no es costumbre elaborar aguardiente de vino? Será porque el vino se bebe, incluso aunque sea malo (gracias al invento de la gaseosa). No existe la tradición de Cognac, de Armagnac, o de nuestros vecinos de la región de los Vinhos Verdes, que elaboran aguardiente vínica, además de la de bagazo, clasificándola por el sistema de edad que emplean en la región francesa de Cognac. La falta de esa tradición hace que cualquier intento de elaboración de aguardiente de vino quede fuera del amparo de la indicación geográfica protegida Aguardientes y Licores de Galicia.
Es algo que a la destilería de Goián Pazo de Valdomiño le importa poco y llevan años elaborando pequeñas partidas de este singular espirituoso. Singular por ser una rareza en nuestra tierra y también porque la base de su elaboración es vino monovarietal de Albariño, que encontraremos en licores como la ginebra o en vinos aromatizados como algunos vermús gallegos.
El proceso es sencillo. Primero se prensan las uvas y se fermenta el mosto hasta conseguir el vino. Inmediatamente después se procede a su destilación. Del alambique sale un líquido transparente pero de muy alta graduación, que puede alcanzar los 70 grados. Es lo que se llama holanda, porque históricamente, ese vino de quema, como se le conocía, era enviado a Holanda, donde luego preparaban licores con él.
Las holandas son sometidas a un envejecimiento prolongado en barricas de roble francés y americano, previamente tostadas. Este aguardiente permanece en barricas durante ocho años, tras los cuales se le rebaja su contenido alcohólico hata los 40 grados, se mantiene durante un año más en reposo y luego se embotella.
Además del formato característico de la línea de destilados de Valdomiño, en su tienda es posible encontrar botellas de distintos formatos y tamaños hechas con cristal de Bohemia.
La madera, la espera, la base de Albariño, se conjugan aportando un singular compendio de aromas y sabores que no tienen nada que envidiar a los de brandies de alta gama elaborados en otros puntos de nuestro país, especialmente en Jerez y el Penedés.
Destilador
NOMBRE: Miguel Oliveira
DESTILERÍA: Pazo Valdomiño
Comenzó en 1996 con una destilería moderna, coqueta, y que mantiene ese sabor tradicional que le aportan los alambiques y las barricas de roble. Tataranieto del hombre que impulsó el licor de cilantro, éste se ha convertido en el emblema de la marca. Pero su investigación fue más allá de los licores tradicionales como lo demuestra este brandy gallego o su ginebra elaborada con mirabeles.
Los destilados son un mundo y en Galicia hay vida más allá de los bagazos y los tradicionales licores de hierbas y de café.
La Ficha
Nombre : Vella
Destilería: Pazo de Valdomiño
Denominación de origen: Sin DO
Localización: Goián (Tomiño)
Variedad: Albariño
Añada: 8 años en barrica
A la venta en: Destilería y tiendas especializadas
Graduación alcohólica: 40º
Precio: 40€
