Los conductores que no siguen las normas de seguridad vial tienen un nuevo enemigo en las carreteras de las ciudades españolas, los conocidos como radares medusa.
Este nuevo dispositivo, muy extendido en Francia, ha llegado ya a Barcelona para frenar uno de los grandes problemas de las urbes, el ruido. La alta concentración de vehículos en algunos puntos de las ciudades españolas han provocado grandes problemas a la población, por eso se buscan alternativas que frenen las malas prácticas de algunos incívicos.
Los radares medusa reciben este nombre por su forma. Situados en la parte alta de algunas vías, estos dispositivos cuentan con una serie de micrófonos que captan los ruidos de los vehículos. En el momento que detectan uno que supera los límites marcados por la ley o la legislación local se activa una cámara direccional, que realiza una fotografía para proceder a sancionar al propietario de ese vehículo, ya sea de dos o cuatro ruedas.
En Francia, ya implantados
Estas medidas disuasorias contra los incívicos y sus ruidosos vehículos ya tienen efecto en el parque automovilístico galo, ya que desde hace tiempo se utilizan para sancionar a aquellos que no respetan los límites.
¿El importe de la multa? En el caso del país galo ronda los 135 euros dependiendo de la infracción y la gravedad de la misma.
En Barcelona, en pruebas
En el caso de la ciudad condal, el dispositivo se ha instalado en la C31 para controlar el ruido de los vehículos que circulan por esa vía. La parte positiva es que por el momento se encuentra en fase de pruebas y no está sancionando económicamente, aunque tanto en Barcelona como en otras ciudades de España son los agentes los que se encargan de sancionar por exceso de ruido, ya sea en vehículos, viviendas o locales comerciales.
