El personal sanitario colocó un cartel de aviso; el Sergas reconoce que los hurtos son frecuentes
Los hospitales de la provincia están en el punto de mira de los ladrones, que se adueñande las pertenencias de los enfermos y de sus familiares. Sustraen todo lo que tenga valor, pero tienen preferencia por las carteras, bolsos, joyas y teléfonos móviles, según los datos que maneja el Servicio Galego da Saúde.
Los robos aumentan cada año y también afectan al personal sanitario, que en una puerta de la primera planta del hospital comarcal de Verín colocó un cartel en el que se advierte textualmente: "En esta planta no queremos ladrones".
Al parecer, instalaron el cartel después de que fueran sustraídas varias carteras, teléfonos y diversos enseres pertenecientes a pacientes y personal de Enfermería.
En el Servicio Galego de Saúde reconocen que los robos en los centros sanitarios "son frecuentes" y para evitarlos suelen poner carteles para advertir a los usuarios y las personas que los acompañan que vigilen sus pertenencias, que no las dejen en cualquier lugar fuera de la vista. "Hay gente que deja el bolso o chaquetas con carteras sobre una silla mientras acude al cuarto de aseo y al regresar se percatan de que le han robado. Muchas de las sustracciones son por descuidos de los usuarios", explican en el Sergas, recordando que ya no es la primera vez que los ladrones entran incluso en una consulta y se apoderan del teléfono o tablets del propio personal sanitario.
En este sentido, recuerdan que en todos los centros sanitario pueden entrar los ladrones al tiempo que solicitan a los pacientes y acompañantes que extremen las precauciones. "A nadie se le prohibe la entrada en un hospital. Cualquier ladrón puede entrar y al menor descuido se lleva lo que no es suyo", apuntan en el Sergas.
La Guardia Civil, según explicaron en la Comandancia de Ourense, no recogió ninguna denuncia en los últimos meses por robos de carteras, bolsos, joyas y teléfonos móviles en el hospital de Verín.
Caso contrario al del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, en el que se tramitaron denuncias por distintos robos entre pacientes y personas que los acompañaban, además de personal sanitario.
Los robos fueron denunciados en la Comisaría y los agentes detuvieron a mediados del pasado mes de marzo a Ramón P.F., de 44 años, natural de Suiza, como presunto autor de al menos siete sustracciones, en las que se apoderó de un botín que según fuentes policiales, asciende a 740 euros.
Su "modus operandi" consistía en vigilar las dependencias sanitarias, aprovechando las salidas momentáneas, bien de los enfermos o de los familiares, para robar.
Los agentes lograron detenerlo después de que el pasado 9 de enero una de las víctimas denunciara el robo del móvil y de la cartera. La víctima estaba acompañando a una nieta menor de edad que había sido ingresada en las instalaciones sanitarias, y tenía la cartera en el bolsillo de la chaqueta que estaba colgada en un perchero de la habitación.
El ladrón aprovechó que el hombre salió con su nieta a caminar por el pasillo y se apoderó de la cartera y del teléfono móvil, que había dejado sobre la mesilla.
La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) se encargó de la investigación y logró localizar el terminal telefónico sustraído en manos de una persona que aseguró que lo había comprado en el mercado negro, llegando incluso a reconocer a Ramón P.F., que acumula en su historial 11 detenciones, como la persona que se lo había vendido.
Arrancan los carteles
Los carteles que suele colocar el Sergas para advertir a los usuarios que extremen las precauciones a la hora de dejar sus pertenencias, desaparecen a los pocos días. Se baraja que son los mismos ladrones los que los arrancan para no levantar sospechas.
La información también suele ser colocada en los distintos centros de salud, aunque estos registran menos robos al año al acudir menos usuarios y haber menos personal en las dependencias que suelen estar cerradas.
