Carlos Montero dirige el Festival Internacional de Cortometrajes de Verín, que llega a la localidad el próximo 30 de noviembre
El Festival Internacional de Cortometrajes de Verín "FIC Vía XIV" aterrizará en el Auditorio de la villa el próximo 30 de noviembre. Su director, Carlos Montero, ultima con su equipo los detalles de un evento que encara su cuarta edición y durante el que se proyectarán 52 cortometrajes de una veintena de nacionalidades en la sección oficial y 21 dentro de actividades paralelas. Precisamente esta semana se ha conocido que uno de ellos, "Homomaquia", acaba de ser nominado a los premios Goya. El FIC nació como un proyecto humilde y dirigido por profesionales del audiovisual de la localidad, que asumió un desafío que lo hace grande: llevar el nombre de Verín por todo el mundo.
¿Todo preparado para la cuarta edición de FIC Vía XIV?
Todo en proceso y en marcha. La parte del concurso, por ejemplo, ya está cerrada. Otras cuestiones como los patrocinios no se cerrarán hasta casi el final. La gestión de los invitados y la adaptación del presupuesto se llevará a cabo en la pre producción, que es durante estas últimas dos semanas.
Después de tres ediciones, ¿podríamos decir que el festival está consolidado?
Pienso que en parte sí. En el circuíto de los festivales somos un bebé todavía, pero tenemos nuestro huequito y nuestra propia personalidad. A nivel de calado en Verín vamos en camino, este año será clave. Estamos haciendo ingeniería cultural para adaptar la programación a todo el público verinés. Queremos echar raíces en todos los agentes sociales para que sientan el festival como suyo.
¿Qué va a marcar la diferencia con las anteriores ediciones?
Esto es un festival pensado a largo plazo. Los cambios no se van a poder ver de pronto. Nosotros tenemos clara la línea que queremos seguir y pasa por vender Verín al exterior amparándonos en su idiosincrasia. El festival nació porque un grupo de personas, profesionales del audiovisual, quisimos hacer un evento para promocionar nuestra tierra con lo que sabemos hacer, involucrando a los vecinos, al comercio y tratando de generar empleo y dinamizar la economía. Antes del festival de cortometrajes nació la idea de crear un evento que promocionara Verín de cualquier manera.
¿De qué forma lo harán?
Mediante actividades formativas con los niños, a los que pretendemos inculcar la cultura y el lenguaje del cine desde pequeños, e involucrando a la Asociación de Empresarios de Verín (Aever). Tendremos un concurso de escaparates y activaremos unos bonos con los que se podrán conseguir entradas gratis comprando en los establecimientos asociados, entre otras iniciativas. Queremos potenciar actividades populares, como la que haremos con el coro, con el objetivo de involucrar, como te decía, a todos los agentes sociales. No queremos que el festival sea para una minoría, sino que la gente vea que aquí puede venir cualquier persona, hablar y debatir sin vergüenza.
Hablaba de generar empleo, y de dinamizar la economía local, ¿podría darme datos concretos sobre esto?
Por ejemplo, de la aportación municipal, que son 50.000 euros, nosotros, en la medida de lo posible, intentamos que todo el dinero se reinvierta en la hostelería y en el comercio local. Tranquilamente, cerca de los 40.000 euros se quedan en Verín. Nosotros si no contratamos algo aquí es porque no lo hay. También intentamos contratar a los voluntarios que vinieron el año anterior y que son de Verín. No ganan mucho dinero porque se trata de una semana de trabajo pero ya es algo. Además hablamos de un evento en el que se adquiere mucha experiencia. En total estaremos entre voluntarios y trabajadores unas 25 personas.
¿Qué esperan de esta cuarta edición?
Seguir en la misma línea que las anteriores, creciendo un poco más. Los cortometrajes se han adaptado un poco a todos los públicos en esta ocasión para llegar a más gente.
