EDUCACIÓN

El colegio de Cualedro suma cinco alumnos y salva su futuro

<p></p>
photo_camera Alumnado y profesorado del colegio cualedrés, disfrazados por el Entroido, en el patio del centro (XESÚS FARIÑAS).

El centro educativo se reivindica como opción y pide una reestructuración de las zonas educativas

El cierre de escuelas en el rural ourensano se ha convertido en una constante en los últimos años. La comarca de A Limia, en donde hace tres años el colegio de Calvos de Randín se vio obligado a echar el candado, y la de Monterrei, que sufre curso tras curso importantes desplomes en el número de matriculaciones de los centros, son dos de las zonas más afectadas.

Sin embargo, no todos los colegios rurales se resignan a su peor desenlace y algunos están dispuestos a quemar todos los cartuchos de los que dispongan para lograr su supervivencia. Es el caso del CEIP Vicente Risco de Cualedro, que ayer celebró, por primera vez, una jornada de puertas abiertas con el objetivo de sacar músculo frente a las madres y padres que, previsiblemente, inscribirán allí a sus hijos durante el curso que viene.

Los datos no son muy halagüeños: se esperan cinco matriculaciones, frente a cinco bajas de los alumnos de Primaria, pero, sin duda, son esperanzadores si se tiene en cuenta el revés sufrido el pasado año, con ocho bajas -el centro pasó de tener 42 alumnos a 34-. La dirección se está centrando en revertir esta situación con varias iniciativas, además de la última inversión de 30.000 euros que le ha permitido mejorar, notablemente, sus instalaciones. Ofrecen aula de madrugadores, financiada por el Concello, comedor, transporte, una biblioteca inclusiva, formación bilingüe y proyectos de innovación educativa. Pero si de algo saca pecho su directora, Merchy Iglesias, es del trato personalizado y de ser, más que un centro escolar, una familia.

"Todos estamos muy unidos y es lo que queríamos demostrarles a las madres que traerán aquí a sus hijos, darles esa tranquilidad", explicó la directora. "Por otro lado, queremos ir frenando ese declive que presentan los centros rurales", añadió además de hacer hincapié en la idea errónea que se tiene sobre este tipo de colegios. "Mucha gente se quedó con la idea de los profesores de antes que te daban con la regla y te castigaban cargando con los diccionarios. Me gustaría que eso fuese cambiando, la media de edad de nuestros profesores está entre los 25 y los 40 años. Todos los profesores, estemos en el rural o en Ourense, somos iguales. Yo en nueve años ya he visto a dos de nuestras promociones en la universidad", matiza la directora.

Merchy Iglesias pide a las administraciones que se reconsidere la idea de reestructurar las zonas educativas. "En Trasmiras, por ejemplo, no tienen colegio y los niños los están derivando a Xinzo, cuando están a un kilómetro de Cualedro", manifiesta. "Con esta reorganización se podrían llevar a estos niños a núcleos rurales en lugar de a villas como Verín o Xinzo, que están masificadas con aulas de 26 o 27 alumnos", añade.

Te puede interesar