La jornada del domingo se abrió con la tradicional misa y procesión, y continuó con charlas, música y la tómbola de Cáritas
Verín cerró ayer una de las festividades del Lázaro más numerosas de las últimas ediciones. El buen tiempo reinante, sobre todo por la tarde, convirtió a la villa en un hervidero de gente y a la calle Deputación en una de las más atestadas por el trasiego de personal desde las instalaciones del pabellón polideportivo hasta la plaza de la Merced.
Sin ir más lejos, y a falta de confirmar los datos de ayer domingo, durante la jornada sabatina fueron 1.348 las personas que visitaron el Museo Comarcal de Monterrei (MCM), en el primero de los experimentos museísticos puestos en marcha por el consistorio local, que pretende convertir al claustro del convento de los padres Mercedarios en la sede la MCM.
El alcalde Gerardo Seoane, presente en casi todos los actos del fin de semana, agradeció "la deferencia que la Orden ha tenido para con nosotros, porque sabemos que estos eventos perturban la paz que se destila en el interior de sus instalaciones".
El domingo arrancó con la concurrida procesión y posterior misa de San Lázaro. Estuvo presidida por el máximo representante de la diócesis ourensana, monseñor Leonardo Lemos Montanet, quien sobre el puente de San Lázaro comentó la limpieza que en el Támega se ejecutó en los últimos meses. La comitiva se dirigió a la iglesia parroquial Santa María La Mayor para escuchar los oficios religiosos y una vez concluidos, el santo que había abandonado su habitual ubicación en la capilla del barrio que lleva su nombre, fue devuelto a ella. El obispo de la diócesis ourensana también visitó la recuperada tómbola de Cáritas, que se instaló en la céntrica calle Lisa siete años después de la última vez en la que los asistentes a la feria del Lázaro pudieron disfrutar de ella.
Antes se habían iniciado las charlas en el pabellón polideportivo, sede de la sección ferial agroganadera y tecnológica de esta fetividad de San Lázaro, que volvió a registrar una muy destacada afluencia de público entre sus paredes. Además, la villa fue escenario de varias pruebas deportivas e incluso de un desfile del club verinense de la motocicleta Vespa, que recorrió parte de sus calles.
Son do Sil, por la tarde, y la coral polifónica de Verín pusieron la nota musical antes del fin de fiesta de Los Players, en la plaza.
Los vecinos de la raia vuelven a poblar las calles
Unos de los objetivos del gobierno municipal era concitar una vez más el interés de los vecinos 'raianos', que en su día poblaban las calles del casco urbano con varios autobuses. Aunque no fue su llegada tan colectiva, los "amigos portugueses respostaron á nosa chamada e viñeron en número moi importante, sobre todo porque tamén lle demos importancia ás súas inquedanzas nas diferentes charlas organizadas no pavillón", dijo Diego Lourenzo, el portavoz. Tuvieron su homenaje en una de las presentaciones literarias: la cantante Paulinha de Arzoá deleitó con un fado -'Lágrima'-, poco después de la lectura del poemario inédito de Rochi Nóvoa, 'Instances', acompañada a la guitarra por José Manuel Salgado.
