CRÓNICA

Las vistas más ‘ruinosas' del castillo

Monterrei obligará a los dueños de inmuebles ubicados en el castillo a rehabilitarlos o adecentarlos

El castillo de Monterrei está en los últimos tiempos en el centro de la polémica por las obras para habilitarlo como parador de turismo. Nunca dio tanto que hablar pese a los sucesivos "ataques" que recibió a lo largo de los años, unos de la propia Administración, y otros de particulares. En la actual polémica se esgrime que es la acrópolis mejor conservada de Galicia pero ello quizás se debe a la dureza de las piedras, porque hasta ahora estuvo prácticamente desprotegida. Y prueba de ello es la maleza que invade las murallas, los inmuebles y los accesos, en los que hay tramos de hormigón.

Durante este semana pasada, el castillo recibió 296 visitantes, según datos del Concello, que no pudieron entrar en la propia fortaleza al estar en obras, pero sí recorrieron sus alrededores. "Es muy bonito, pero está muy mal cuidado", apuntó uno de los turistas, Juan José García, de Zamora.

El alcalde de Monterrei, José Luis Suárez, entiende la queja y asegura que todos los años tiene una brigada desbrozando la maleza, "no podemos hacer más", dice.

Los visitantes, nada más entrar en el perímetro de la acrópolis, a la izquierda, se encuentran con una construcción ilegal que se caer a trozos y que será derribada. A la derecha, está la enorme planchada de hormigón que cubre el depósito de agua potable de Verín, incrustado en una de las murallas. Camino adentro, se aprecia un escudo cubierto de basura, mayoritariamente vasos de plásticos. Hasta hay una señal de piedra indicando a los peregrinos el camino a seguir hasta un albergue que no existe. Los visitantes también pueden apreciar numerosas pintadas en señales, en los antiguos cañones y las murallas. Incluso hay una motobomba inservible que en otro tiempo sirvió para extraer agua hacia un depósito particular de hormigón, que está en ruinas, y que también debe ser retirado.

Suárez Conde, una vez finalizada la rehabilitación que se está llevando a cabo para habilitar el parador, obligará, a través de una ordenanza municipal, a los dueños de inmuebles a mantener los muros limpios, en buen estado. De no hacerlo, el Concello las declarará en ruina y se ocupará de realizar el trabajo, para después pasar la factura a cada uno los afectados.

Los miembros de la plataforma que se opone al futuro parador de turismo coinciden en el abandono y en que es necesario rehabilitar la fortaleza.

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