Las 52 víctimas del 7-J en Londres, 'inevitables'

La muerte de 52 personas en los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres fue inevitable y no hubo negligencia oficial que propiciara o agravara la acción terrorista más grave sufrida nunca por el Reino Unido en su territorio. Esta es la principal conclusión de la investigación que durante cinco meses dirigió la juez de instrucción Heather Hallet, que ayer dio a conocer también una serie de recomendaciones para prevenir y afrontar en el futuro con mayor eficacia las acciones terroristas.
La magistrada leyó sus conclusiones ante supervivientes y familiares de las víctimas y declaró que las pruebas 'no justifican concluir que hubo fallos por parte de alguna organización o individuo que causaran o contribuyeran a las muertes'. Hallet manifestó que los fallecidos fueron víctimas dehomicidio doloso, cuyos autores fueron Mohammed Sidique Khan, de 30 años, Shehzad Tanweer (22), Hasib Hussain (18) y Jermaine Lindsay (19), en unos atentados suicidas que tuvieron como escenario tres líneas de metro y un autobús urbano. Subrayó que las 52 víctimas hubieran fallecido 'independientemente del momento en el que los servicios de emergencia y de rescate lograran llegar hasta ellos'. Los supervivientes y familiares de las víctimas denunciaron que los protocolos en aquel momento obstaculizaron la llegada de médicos y los bomberos.

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