Acusaciones de juego sucio en las primarias de la derecha francesa

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photo_camera Fillon, durante un mitin. (HORCAJUELO)

La campaña para la segunda vuelta de las primarias del centro-derecha francés dejó hoy de lado la corrección política con acusaciones entre los dos candidatos, Alain Juppé y François Fillon, que evidenciaron las tensiones en plena recta final

La campaña para la segunda vuelta de las primarias del centro-derecha francés dejó hoy de lado la corrección política con acusaciones entre los dos candidatos, Alain Juppé y François Fillon, que evidenciaron las tensiones en plena recta final.

Bastó una frase para que las espadas se pusieran en alto: "Que Fillon aclare su postura sobre el aborto", dijo en la emisora "Europe 1" Juppé, el aspirante que, según los sondeos, parte con menos posibilidades.

El ex primer ministro y actual alcalde de Burdeos se hizo con el 28,5 % de los votos en la primera vuelta del pasado domingo, frente al 44,1 % de Fillon, y una encuesta difundida hoy por el instituto demoscópico Odoxa apunta que este próximo fin de semana quedará fuera de la carrera al Elíseo, respaldado apenas por el 35 %.

"Nunca habría podido pensar que mi amigo Alain Juppé caería tan bajo. ¿Alguna vez he adoptado una postura contraria al aborto?", se preguntó Fillon, que, aunque personalmente se declara contrario a esa práctica, no prevé cuestionar ese derecho a nivel político.

Para el entorno de Fillon, este cambio de estrategia, "lamentable y vergonzoso", evidencia el nerviosismo en el bando contrario, a cinco días de que los franceses vuelvan a pronunciarse en las urnas.

"Una campaña digna es una campaña proyecto contra proyecto", señaló hoy su portavoz Jérôme Chartier en su cuartel general en París.

Si Juppé busca esta semana invertir la relación de fuerzas, Fillon está centrado, según su representante, en explicar "de forma extremadamente pedagógica su proyecto", tachado por sus críticos de ultraliberal en lo económico y de demasiado conservador en lo moral.

Hasta que el pasado domingo el escrutinio le confirmó como ganador de la primera vuelta de las primarias, los únicos que parecían confiar en su suerte eran sus seguidores, por lo que ese triunfo, que borró las aspiraciones del expresidente francés Nicolas Sarkozy, cayó como una sorpresa.

Juppé, que ve a Fillon como "un tradicionalista" con "reformas demasiado violentas", considera que tras la primera ronda comenzó la verdadera campaña.

"Ese programa es demasiado duro y provocará bloqueos en la sociedad francesa", subrayó Juppé, quien dijo que, por el contrario, él tiene "un programa ambicioso, pero realista".

Mientras, su contrincante, que no se avergüenza de defender los valores tradicionales, intenta convencer de que es el único capaz de responder al desencanto electoral.

"¿Quién es conservador y quién es moderno? François (Fillon) es extremadamente moderno y lo ha demostrado en cada una de sus intervenciones", alegó hoy su portavoz en un intento por romper el reparto de roles establecido.

Juppé intenta sacar rédito del supuesto extremismo de Fillon, y este último confía en un programa que, según recuerda, es fruto de los tres años y medio en los que, con la vista puesta en su candidatura, partió al encuentro de la sociedad civil.

Confiado, pero sin cantar victoria, su entorno instó hoy al regreso del juego limpio.

"Tras las primarias, todos lo han dicho, tendremos que estar unidos detrás de quien haya ganado", resaltó hoy el portavoz de Fillon, mientras que otras personas de su entorno recuerdan que Juppé no es el enemigo, sino un contrincante.

El partido Los Republicanos tiene su foco en las presidenciales de abril y mayo de 2017, en las que la mayoría de los sondeos coincide en que el sucesor del socialista François Hollande será el representante de esa formación política.

La falta de unión en la izquierda y un sistema electoral a dos vueltas que tradicionalmente ha penalizado a la ultraderecha sopla a favor de sus aspiraciones. 

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