Crisis en Afganistán | Armas y material de EEUU, en manos de la milicia talibán

 Dos hombres caminan junto a un salón de belleza vandalizado en Kabul.
photo_camera Dos hombres caminan junto a un salón de belleza vandalizado en Kabul.

Los insurgentes pueden haber capturado cientos de equipos militares de gran valor estratégico estadounidense

Los errores de cálculo en la retirada estadounidense de Afganistán provocaron que miles de millones de dólares en equipamiento militar hayan caído en manos de los talibanes, que tendrán ahora acceso a “tecnología secreta” de las Fuerzas Armadas de EEUU. Desde helicópteros Black Hawk hasta rifles M16, pasando por un avión de ataque A-29 Super Tucano, los talibanes pueden haber capturado cerca de un millón de piezas de material militar estadounidense, según una estimación del Departamento de Seguridad y Asuntos Internacionales de la Universidad de las Fuerzas Canadienses. 

El director de ese departamento, Walter Dorn, consideró que esto supone “un gran desastre y una amenaza para la paz y la seguridad internacionales”. Además del armamento pesado, Dorn dijo que gran parte del equipo de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de EEUU “ahora puede ser utilizado por los talibanes para espiar al pueblo afgano”. Otro riesgo, apuntó, es que los insurgentes exporten las armas y equipos “a naciones y grupos hostiles a los países y valores occidentales”. Así, recordó que las armas que EEUU proporcionó a Vietnam del Sur en la década de 1960, que luego acabaron en el bando comunista, “todavía estaban alimentando guerras civiles en América Central en la década de 1980”.

¿CÓMO PUDO PASAR ESTO?

Expertos en la materia no se pueden explicar cómo es posible que EEUU no anticipara el desgobierno que se vive estos días en Afganistán. El profesor de Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia, Robert Jervis, reconoció que la victoria talibán, “fue mucho más rápida de lo que EEUU había anticipado”. Sobre la gran cantidad de armamento, Jervis subrayó que la prioridad fue evacuar al personal estadounidense y aliado, que se podía mover “mucho más rápido que el equipo pesado”. Asimismo, Washington esperaba que el equipamiento fuera utilizado por el Gobierno afgano contra los talibanes. “Ahora, nosotros (y otros) pagaremos un alto precio porque todo esto cayó en manos del enemigo”, vaticinó.

Por otro lado, las afganas no se fían de los talibanes, y algunas decidieron demostrárselo con protestas, un desafío que busca impedir el regreso a la época oscura del anterior régimen insurgente, cuando las mujeres fueron recluidas en el interior del hogar, mientras miles tratan de abandonar el país. Cada vez son más las mujeres levantando pancartas y alzando consignas en contra de los talibanes en todo el país, como el grupo de trabajadoras gubernamentales y activistas que salió ayer a las calles de Kabul para pedir roles en la nueva Administración, así como mantener sus empleos en las oficinas estatales. 

Putin y Merkel apelan al diálogo para salvar vidas en Afganistán

El presidente ruso, Vladímir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel, se despidieron ayer en el Kremlin haciendo un ejercicio de “realpolitik” con los talibán con el fin de normalizar la situación, salvar vidas en Afganistán y evitar el resurgimiento del terrorismo en Asia Central. “Ahora habrá que dialogar con los talibanes e intentar salvar a aquellos cuya vida está amenazada para que puedan abandonar el país”, admitió Merkel.

La llegada al poder de los insurgentes ocupó la última reunión entre ambos mandatarios, que coincidieron durante 16 años en el poder y que discreparon sobre muchos otros temas, como las crisis de Ucrania y Bielorrusia y el encarcelamiento del líder opositor ruso Alexéi Navalni.

Merkel no escondió que está “molesta” con el cambio de poder en el país centroasiático y admitió que “los talibanes han logrado más apoyo del que nos hubiera gustado”. En particular, recordó la alegría de las niñas afganas cuando pudieron ir a la escuela tras la derrota de los talibán hace veinte años. Por todo ello, insistió en que la prioridad ahora para Berlín es ayudar a aquellos que cooperaron con Alemania durante veinte años de operación de la OTAN en Afganistán. “Darles refugio en Alemania y sacar a cuantas más personas se pueda”, señaló, aunque no dio detalles sobre los plazos de evacuación.

Mientras, un pragmático Putin llamó a prevenir por todos los medios la desintegración del Estado afgano tras la llegada de los talibanes, pero sin intervención exterior, en alusión a Occidente. 

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