Matthew afectó a 2,1 millones de personas, de las que 1,4 millones, entre ellas 592.581 niños, necesitan asistencia humanitaria, precisó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios
La distribución de la ayuda internacional en Haití prosigue lentamente para los miles de afectados del huracán Matthew, que aguardan por una atención más urgente de las autoridades, quienes cifraron hoy en 546 los fallecidos a causa del fenómeno meteorológico.
Haití continúa recibiendo asistencia humanitaria desde el exterior y, de hecho, hoy arribó al país un segundo avión con ayuda de España y el papa Francisco autorizó el envío de 100.000 dólares para asistir a los afectados, pero las condiciones de sus carreteras o la falta de logística impide agilizar la entrega a las víctimas.
Mientras tanto, las autoridades prosiguen el recuento de víctimas y la evaluación de los daños causados por el huracán, cuyo ojo tocó tierra el pasado 4 de octubre en el oeste de Haití.
Un balance provisional dado a conocer hoy por la Protección Civil de Haití cifró en 546 el número de fallecidos en el país por el huracán Matthew, que dejó también 128 desaparecidos y 175.000 desplazados.
Las autoridades admiten, sin embargo, que la cifra puede ser mayor debido a que siguen sin tener contacto con algunas localidades aún incomunicadas tras el huracán.
Matthew afectó a 2,1 millones de personas, de las que 1,4 millones, entre ellas 592.581 niños, necesitan asistencia humanitaria, precisó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De acuerdo con esta organización, 750.000 personas, incluyendo 315.000 niños, necesitan con urgencia ayuda humanitaria para la próximos tres meses a causa del huracán, que provocó daños a unas 300 escuelas.
Muchas otras se han convertido en albergues temporales, por lo que 106.250 niños perderán sus clases.
Una de las grandes preocupaciones del Gobierno nacional y organismos internacionales es un rebrote del cólera tras el ciclón, que ha provocado en Haití la peor crisis humanitaria después del sismo de enero de 2010, que dejó unos 300.000 muertos.
Las agencias humanitarias de las Naciones Unidas alertaron hoy desde Ginebra de la posibilidad de que resurja con fuerza no sólo una epidemia de cólera en Haití, sino también otras enfermedades relacionadas con la contaminación del agua.
Fadéla Chaib, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó hoy que en sólo cuatro días se han registrado más de 470 casos sospechosos de cólera en el país, pero ninguno ha podido ser confirmado en laboratorio porque la red ha quedado muy afectada por el paso del huracán.
Según la portavoz, esa cifra es relativamente "normal" dado que antes del desastre se contabilizaban una media de 700 casos sospechosos semanales.
La experiencia hace temer una explosión de los casos, sobre todo en las zonas más afectadas, no sólo porque el suministro de agua potable ha quedado interrumpido, sino porque los servicios de saneamiento, si es que existían previamente, han quedado inutilizados.
En términos similares se pronunció hoy la organización Médicos del Mundo, que alertó del repunte de cólera en Haití, una enfermedad que está mostrando su "poder mortal" en el país, como ya lo hizo después del terremoto de 2010.
Por su lado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hicieron hoy un llamamiento a los donantes para que entreguen 9 millones de dólares para llevar a cabo las operaciones de respuesta en Haití después del huracán.
Las enfermedades diarreicas agudas, incluyendo el cólera, amenazan a parte de la población y el 75 % de las instalaciones de tratamiento de cólera en los departamentos de Sur y Grand Anse han sido destruidas, mientras que los sistemas de distribución de agua en las principales ciudades de Jeremie y Les Cayes se han colapsado casi en su totalidad, señalaron en un comunicado.
