El presidente estadounidense, George W. Bush, criticó hoy con dureza el bloqueo ejercido por la Cámara de Representantes sobre la ampliación de la Ley de Vigilancia Electrónica, que expira a medianoche, sin posibilidad de renovación por 'el comportamiento irresponsable' de la mayoría demócrata, y que provocará graves repercusiones en materia de seguridad exterior.
'Algunos líderes del Congreso alegan que esto no afectará nuestra seguridad. Están equivocados', declaró Bush en su discurso semanal radiofónico, en el que recordó que esta medianoche 'el Fiscal General y el Director de Inteligencia Nacional perderán su poder para autorizar nueva vigilancia contra amenazas terroristas en el extranjero', con lo que se podría 'perder una pista vital que podría evitar un ataque contra Estados Unidos'.
Bush precisó sus ataques sobre los miembros de la Cámara de Representantes, que rechazaron 'el buen proyecto de ley presentado por el Senado y eran conscientes del fin del plazo de expiración porque ellos mismos lo fijaron', por lo que el presidente consideró que 'no tienen excusa por este fracaso'.
Con esta medida, la política de Bush a la hora de privatizar gran parte de los recursos de inteligencia del país sufre un duro golpe. En referencia a esta cuestión, el presidente señaló que 'el Congreso ha creado un interrogante sobre si las compañías del sector privado que nos ayudan en nuestros esfuerzos contra los terroristas pueden ser demandas por hacer lo correcto', según sus palabras.
'Ahora, estas compañías serán cada vez más reacias a ofrecer esta cooperación vital debido a su incertidumbre en cuanto a la ley y por temor a ser objeto de demandas por parte de abogados de acción colectiva', añadió el presidente, quien no obstante anticipó que 'la Administración hará todo lo posible dentro de nuestro poder para minimizar el daño causado por el comportamiento irresponsable de la Cámara'.
Bush precisó sus ataques sobre los miembros de la Cámara de Representantes, que rechazaron 'el buen proyecto de ley presentado por el Senado y eran conscientes del fin del plazo de expiración porque ellos mismos lo fijaron', por lo que el presidente consideró que 'no tienen excusa por este fracaso'.
Con esta medida, la política de Bush a la hora de privatizar gran parte de los recursos de inteligencia del país sufre un duro golpe. En referencia a esta cuestión, el presidente señaló que 'el Congreso ha creado un interrogante sobre si las compañías del sector privado que nos ayudan en nuestros esfuerzos contra los terroristas pueden ser demandas por hacer lo correcto', según sus palabras.
'Ahora, estas compañías serán cada vez más reacias a ofrecer esta cooperación vital debido a su incertidumbre en cuanto a la ley y por temor a ser objeto de demandas por parte de abogados de acción colectiva', añadió el presidente, quien no obstante anticipó que 'la Administración hará todo lo posible dentro de nuestro poder para minimizar el daño causado por el comportamiento irresponsable de la Cámara'.
