Cavaco y Sócrates, obligados otra vez a entenderse pese a las críticas mutuas

La reelección del conservador Aníbal Cavaco Silva como presidente de Portugal (obtuvo el 52,9 por ciento de los sufragios) abre otra etapa de obligada cohabitación con el primer ministro socialista, José Sócrates, cuando sus relaciones atraviesan el peor momento. Juntos en el poder desde 2006, cuando Cavaco ganó por primera vez la presidencia, ambos políticos deben, en principio, convivir otros tres años más a pesar de la brecha política que los separa y el desgaste de haber cruzado muy duras acusaciones durante la agria campaña electoral de las presidenciales.
Líderes de los respectivos partidos del jefe del Estado y el de Gobierno se mostraron ayer confiados en que el triunfo de Cavaco no amenazará la estabilidad política de Portugal, aunque hace pocos días dirigentes socialistas expresaban su temor a que el presidente propicie la caída de Sócrates y unas elecciones anticipadas. Miguel Relvas, secretario general del partido de Cavaco, el Social Demócrata (PSD, centroderecha) aseguró que su organización, principal de la oposición, no busca la 'crisis por la crisis' pero dudó, al mismo tiempo, de que el Gobierno concluya la legislatura en 2014.

Desde las filas socialistas el ministro de Asuntos Parlamentarios, Jorge Lacao, recordó que un presidente de la República no es un jefe de Gobierno y se espera de él cooperación institucional.

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