Miles de hogares permanecieron sin luz, agua o línea de teléfono en la costa este norteamericana

La colonia ourensana vuelve a la calma tras una noche 'tensa'

Una noche de velas y transistores. Así vivieron muchos neoyorquinos el paso del huracán 'Sandy' y, por extensión, la gran colonia de ourensanos que tiene fijada su residencia en los estados de Nueva York y Nueva Jersey. El fuerte viento, los relámpagos y los cortes en el suministro eléctrico se sucedieron en toda la costa noreeste, dejando calles enteras en la más absoluta oscuridad. 'Fue una noche difícil, con bajadas de tensión y mucho viento', relataba ayer Mary Sotelo, ourensana afincada en el barrio Astoria de Nueva York.
'Nosotros vivimos en una zona alejada del ojo del huracán, y lo cierto es que pude dormir con relativa tranquilidad. Pero mi hija, que tiene un apartamento en Queens, se quedó sin luz y sin teléfono', apuntaba Sotelo que, pese a estar al otro lado del hilo telefónico, su preocupación por la situación de su otro hijo, policía de profesión.'Ahora mismo están volcados con la atención de emergencias', relataba.

Cargados de provisiones, pero con la seguridad de residir en una zona 'alejada' del centro de la tormenta, el ourensano Lorenzo González, vivió con relativa tranquilidad el paso del 'Sandy'. 'La noche fue larga, estuvimos hasta tarde viendo las noticias por televisión, pero los daños en Astoria no pasaron de ser los propios que provoca el fuerte viento, como vallas publicitarias, mobiliario urbano o algún árbol caído', relataba González, que ayer atendía como cada día su empresa de distribución de cervezas.

'Muchos negocios no han abierto, pero en nuestro caso, estamos trabajando casi como siempre', confesaba, al tiempo que ensalzaba el carácter de los neoyorquinos, 'dispuestos siempre a luchar y salir cuanto antes de desgracias como esta'.


A LA LUZ DE LOS FAROLES

Durante toda la jornada de ayer, miles de hogares permanecieron sin luz, agua o línea de teléfono en la costa este. Entre ellos, la familia de Servando Cid Fernández. A pesar de vivir en una zona alta de Queens, el paso del 'Sandy' les tiene incomunicados desde las seis de la tarde del lunes. El empresario celanovés relataba como, a medida que fue avanzando la jornada del lunes, la tormenta y, sobre todo, el fuerte viento, fue empeorando la situación. La noche la pasó a oscuras, pegado a la radio y al móvil, porque la línea de teléfono también está cortada. 'La tormenta estuvo muy peligrosa, y viendo lo que pasó en el bajo Manhattan, damos gracias por estar bien. Por suerte, lo peor ya ha pasado', apuntaba Cid, si bien bromeaba por el aspecto de su casa, 'llena de faroles y linternas para facilitarnos el paso'.

Tal y como señalaban los medios y autoridades locales, la peor parte se la ha llevado la zona baja de Manhattan y toda la costa, 'allí el agua se llevó coches y casas, levantó aceras e inundó calles enteras', relataba Cid Fernández, testigo en primera persona de como 'los efectivos están volcados con las emergencias, socorriendo a la gente a través de lanchas porque el agua ha inundado calles y plazas'.

Tras la aparente tranquilidad de la jornada del lunes, donde muchos comercios y restaurantes abrieron sus puertas, la estampa de ayer estuvo caracterizada por las persianas bajadas. 'La ciudad está bloqueada', reconocía Cid Fernández, que describía como 'hay cristales rotos, bajos abnegados y, la gente anda loca buscando un generador eléctrico, porque están agotados'.

En referencia a la amplia colonia de celanoveses que residen en Nueva York y Nueva Jersey, Cid y Lorenzo coincidían, tras el cruce de llamadas, que por el momento y dentro del caos lógico por la situación, 'los paisanos están bien'.

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