Continúan las tareas de búsqueda de supervivientes tras explosión en Texas

Las casas construidas bajo estructuras de madera han quedado encogidas como cajas de cartón aplastadas en medio de las calles de West.
Brigadas de rescate y voluntarios retomaron hoy la búsqueda de supervivientes en West, una pequeña localidad de Texas que hoy amaneció revestida de escombros por la explosión anoche en una planta de fertilizantes, que causó al menos cinco muertos y desató el pánico entre sus apenas 2.800 habitantes.
El sargento Patrick Swanton, del Departamento de Policía de Waco -una ciudad mayor cercana-, detalló hoy que, por el momento se mantiene la cifra confirmada de cinco personas fallecidas, aunque se teme que esa cifra ascienda a quince, ya que podría haber residentes atrapados entre los escombros de las viviendas colindantes.

Teresa Santa Cruz, de 47 años y residente de West, tuvo que ser evacuada minutos después de la explosión. Ella, su esposo y sus dos mascotas pasaron la noche en una de las decenas de tiendas de campaña que las autoridades locales instalaron en medio de un campo de fútbol de una secundaria.

'No esperaba esto: Ver esta tragedia, ver mi casa totalmente destruida. Somos como una familia, somos un pueblo unido y esto no nos detiene', explicó hoy Santa Cruz a medios locales.

La humareda que aún es visible en el centro de West, junto con los fuertes vientos y las bajas temperaturas, ponen de manifiesto las dificultades que enfrentan los bomberos que tratan de extinguir el fuego y localizar a todas las posibles víctimas.

Las casas construidas bajo estructuras de madera han quedado encogidas como cajas de cartón aplastadas en medio de las calles de West, que hoy está cubierto por una manta de cenizas tibias.

En la zona más noroeste, cerca de la sede de la planta West Fertilizer, las llamas consumieron por completo el complejo de departamentos donde residían, en su gran mayoría, los trabajadores de esta empresa, donde tuvo lugar la explosión.

En el hospital de West, a pocas millas de allí, más de un centenar de personas recibieron ayuda médica durante la noche. Wesley Adcock, de 29 años y residente también de West, escuchó la explosión y empezó a llamar por teléfono a sus familiares y amigos.

'Nadie contestó pero quince minutos más tarde mi madre me avisó que la casa de mi hermana se había derrumbado por completo. Cuando corrimos a tratar de recuperar algunas pertenencias, nos dimos cuenta de la gravedad del asunto', explicaba hoy Adcock.

Luego 'traté de regresar con mi camioneta al lugar de la explosión para ayudar a los que necesitaban salir de allí -añadió-, pero las autoridades no me dejaron'.

'Sin embargo pude ayudar a evacuar a muchas personas, entre ellas una anciana que me entregó la llave de casa para que le recuperara su biblia, su cartilla de bingo y su libro de oraciones', agregó.

Crystal Ledane, residente de West, explicó que la onda expansiva se sintió dentro de su vivienda como un temblor de gran magnitud, pero con la diferencia de que experimentó un vacío como si la tierra se la fuera a tragar.

'Y después, el intenso ruido de los vidrios que se hacían añicos al mismo tiempo que las puertas se resquebrajaban en pedazos. Agarré a mis pequeños y salí corriendo por debajo del marco de la puerta principal que ya no tenía puerta', confesó Ledane.

A continuación, 'arranque el auto y lo único que pensé fue en desaparecer lo más pronto posible del lugar. No vestía calzado, no tenía ropa adecuada para pasar la noche en la calle'.

Según el alcalde de West, Tommy Muska, de 50 a 60 casas han quedado destruidas y casi la mitad de los 2.800 habitantes del pueblo han sido evacuados.

La explosión ocurrió poco antes de las ocho de la tarde del miércoles, hora local, se llegó a escuchar a más de 70 kilómetros de distancia y, según registró el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) provocó un temblor en la tierra de 2,1 grados en la escala de Richter.

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