La Cumbre de Paz no consigue acordar una declaración final

El presidente egipcio Abdel Fattah El Sisi reunió a líderes 31 países y tres organizaciones internacionales en la Nueva Capital Administrativa.
photo_camera El presidente egipcio Abdel Fattah El Sisi reunió a líderes 31 países y tres organizaciones internacionales en la Nueva Capital Administrativa.
Los asistentes sintonizaron con la solución de los dos Estados y la coexistencia entre Israel y Palestina

La Cumbre de la Paz para Gaza y la “cuestión palestina” organizada por Egipto en la llamada Nueva Capital Administrativa, al este de El Cairo, culminó sin una declaración final conjunta de los 31 países y organismos internacionales que participaron en el encuentro.

Egipto, país que convocó la reunión, emitió una nota en la que agradeció el esfuerzo para buscar consensos por encima de posiciones políticas o religiosas para abordar esta crisis y la situación de Israel y Palestina, y por su posición común a la hora de “ver la importancia de reevaluar la estrategia internacional para abordar el conflicto”.

España valora positivamente el encuentro

Fuentes de la delegación española valoraron el encuentro de forma positiva pese a la ausencia de declaración final, por ser un paso muy importante para movilizar a la comunidad internacional hacia la reactivación de la lucha por la coexistencia de dos Estados, Israel y Palestina, defendida tanto por España como por la Unión Europea durante años.

Desde un primer momento se constató entre los asistentes a la reunión, que se realizó en la Nueva Capital Administrativa egipcia, ubicada a unos 50 kilómetros al este de El Cairo, había una sintonía en respaldo a la idea de reactivar la solución de los “dos Estados” para el conflicto de Israel y Palestina y apostar por la coexistencia de los dos pueblos.

Todos los que expresaron su opinión al inicio de la reunión fueron categóricos en defender las mismas ideas: la coexistencia de dos Estados es la única solución, las vidas civiles deben ser protegidas y la ayuda humanitaria debe poder entrar en Gaza. También se notó, sin embargo, el abismo de sensibilidad entre el mundo árabe y Occidente a la hora de valorar la situación de los palestinos y las responsabilidades sobre su situación.

Rechazo europeo

De hecho, fuentes diplomáticas árabes informaron de que la declaración final no se produjo, pese a la sintonía en muchos temas, por el rechazo de los países europeos a responsabilizar a Israel de la muerte de civiles y a exigir un alto el fuego.

En su comunicado particular de cierre, Egipto y su presidente Abdelfatah al Sisi, afirmó que con la iniciativa se buscó “establecer consenso global” para rechazar la “violencia, terrorismo” y con pedidos para detener la guerra en marcha que ha causado la muerte “de miles de civiles inocentes tanto en Palestina como en Israel”. También, que se respeten las reglas del derecho internacional y humanitario “que subrayan la importancia vital de proteger a los civiles y no exponerlos a peligros ni amenazas”.

Mientras el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, instó en fijar una hoja ruta para que la ayuda a Gaza siga fluyendo a través del paso de Rafah. El rey de Jordania, Abdalá II, habló en un tono duro y lamentó que “el mundo árabe escucha que la vida de los árabes, nuestra vida, es menos importante que la vida de los demás y que la ley internacional es optativa”. Y zanjó: “Israel decidió encerrar Gaza, y continúa el silencio internacional”.

En el lado europeo, las premisas estuvieron claras: Hamás es un grupo terrorista y no representa a los palestinos. La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, responsabilizó a Hamás “del sufrimiento de todos” en la Franja de Gaza y en Israel

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