Las protestas se recrudecieron en Ankara, donde la policía intentó desalojar una céntrica plaza

Docenas de heridos y cientos de arrestos en la revuelta turca

Docenas de jóvenes se enfrentan ayer a la Policía en las calles de Ankara. (Foto: HOHEM GOUVEIA)
Tras una jornada de calma que parecía insinuar un final de las violentas protestas de Turquía por el derribo de un parque en Estambul, la situación se complicó de nuevo por la noche con nuevas cargas policiales, esta vez en Ankara. Las fuerzas del orden capitalinas intentaron desalojar por la fuerza la céntrica plaza Kizilay, donde se habían concentrado unas 10.000 personas. Inicialmente la policía reprimió con gases lacrimógenos y cañones de agua a cientos de estudiantes que intentaban acercarse a la sede del Gobierno.
Poco después iniciaron el desalojo de la plaza, que desencadenó una batalla campal entre manifestantes y los agentes de la policía.

En el centro de Ankara, hubo numerosos heridos . La policía disparó con balas de caucho contra los manifestantes. y lanzó gases lacrimógenos contra hospitales y edificios de viviendas en el centro de la ciudad, causando el pánico entre manifestantes y habitantes.

En otros puntos de la capital, médicos voluntarios han montado puntos de primeros auxilios para atender a los heridos y los afectados por el masivo empleo de los gases lacrimógenos.


ESTAMBUL, TAKSIM Y GEZI

Por otra parte, en Estambul la situación parecía más calmada, con miles de activistas reunidos en la céntrica plaza Taksim y el cercano parque Gezi, cuya planeada demolición fue el detonante de esta ola de protestas antigubernamentales.

En el barrio de Besiktas, a un kilómetro de Taksim, sí se volvieron a recrudecer los enfrentamientos al anochecer, con intervenciones policiales, mientras que el parque de Gezi sigue ocupado por miles de personas, que han organizado turnos de vigilancia y aprovisionamiento.

La retirada ayer de la policía de Taksim y Gezi fue festejada por miles de personas como una 'victoria', aunque hoy Erdogán volvió a insistir en que no dará marcha atrás a los planes urbanísticos en el centro de Estambul y acusó a la oposición a ser responsable de las protestas contra su gobierno.

'No podemos quedarnos mirando cuando algunos agresores provocan al pueblo', advirtió el primer ministro en un discurso que distó mucho de la moderación y conciliación pedida ayer por el presidente de Turquía, Abdullah Gül. Con sus palabras, Erdogán está lejos de tranquilizar a los manifestantes.

Según los datos oficiales, en los disturbios de los últimos días se produjeron 79 heridos y 939 detenidos, que en su mayoría ya han sido puestos en libertad, mientras que otras fuentes, no oficiales, aseguran que hubo unas 1.500 personas que precisaron asistencia hospitalaria.

Estas cifras aumentarán con seguridad una vez que se pueda trazar un balance de la última intervención en Ankara, donde por la noche reinaba el caos.

Una página web de la oposición aseguró hoy que un manifestante, un hombre de 26 años, ha fallecido por un disparo recibido ayer en la cabeza, aunque su muerte no ha sido confirmada de forma oficial.

También en Esmirna, la tercera ciudad turca, y en Adana, en el sur de país, se registraron ayer enfrentamientos con la policía.

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