Han muerto 22.500 personas, si bien se estima que podrían superar las 100.000

El Gobierno de Birmania celebra un referéndum constitucional en medio del caos y la tragedia

Un centro electoral de las localidad de Mandalay
Pese al rastro de destrucción que ha dejado a su paso el ciclón 'Nargis', con cerca de 25.000 muertos, 40.000 desaparecidos y un millón y medio de damnificados, la Junta Militar de Birmania (Myanmar) ha seguido adelante con el plan para aprobar su proyecto constitucional, que hoy se vota en referéndum.
De nada han servido los llamamientos de la ONU para que toda la acción del régimen se centre en hacer llegar la ayuda a los afectados y en levantar las trabas para que entren en el país los cooperantes.

El país vota hoy a excepción de las zonas más afectadas por el ciclón, Rangún y medio centenar de poblaciones del delta del Irrawaddy. Según el Gobierno, acudirán a las urnas el próximo 24 de mayo.

Es imposible saber sí se ha cumplido el horario de apertura en todos los centros y la cantidad de personas que acuden a votar porque todos los medios de comunicación en Birmania están controlados por el Estado y maneja la información a su antojo. Por televisión, radio y prensa escrita las autoridades han repetido estos días que el verdadero patriota votará 'sí' al tiempo que intimidaban o anunciaban detenciones de quines promocionaban el 'no'.

El régimen pide la aprobación del borrador constitucional que comenzó a redactar en 1993 y que concluyó el año pasado. La oposición no ha sido tenida en cuenta en todo el proceso.

Una reforma con la oposición silenciada

Según algunos analistas, la Junta Militar ha decidido seguir adelante con el referéndum porque teme que si hace una concesión a la comunidad internacional habrá abierto la puerta para más demandas. La oposición democrática encabezada por la Liga Nacional por la Democracia (LND), de la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, y las principales organizaciones de las etnias minoritarias rechazan el texto constitucional por entender que legitimará la dictadura militar.

Los 'padres' de la nueva Constitución reservan al estamento castrense un cupo de escaños en el Parlamento suficiente para que se deba contar con ellos en cualquier futura enmienda constitucional, además concede al Jefe de las Fuerzas Armadas voz en la formación del Gobierno. Los militares y sus colaboradores tampoco podrán ser perseguidos y condenados por delitos que cometieron en el pasado.

Si gana el 'sí', el Gobierno ha prometido celebrar elecciones parlamentarias en 2010. Birmania está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones democráticas desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la LND, resultado que nunca acató la Junta Militar.

Te puede interesar