La inmigración masiva ha tenido poco o ningún impacto en el bienestar económico de los británicos, y en algunos casos ha sido negativa, según un informe hecho público hoy del Comité de Asuntos Económicos de la Cámara de los Lores.
Los lores rechazaron la opinión del Gobierno laborista de que la inmigración es buena para la economía y pidieron que se fije un límite en el número de personas que pueden entrar.
Algunos grupos -trabajadores con pocos ingresos, minorías étnicas y jóvenes que desean entrar en el mercado laboralpueden sufrir por la competencia con los inmigrantes, se añade en el documento, elaborado tras una investigación sobre el asunto.
La Administración británica debería establecer un límite explícito sobre la entrada de extranjeros, subraya.
Sin embargo, el primer ministro británico, Gordon Brown, insistió hoy en que la economía del Reino Unido se ha beneficiado de la inmigración en la última década.
La City de Londres (centro financiero) no sólo se ha beneficiado por la inversión que viene de compañías internacionales, sino por el número de importantes trabajadores que vienen a unirse a ellas y están haciendo una gran contribución a la economía británica, puntualizó Brown en la rueda de prensa mensual celebrada en su residencia oficial de Downing Street.
Al mismo tiempo, los lores calificaron de fundamentalmente imperfecta la afirmación de los ministros de que la inmigración es necesaria para evitar una falta de mano de obra en el país.
También se mostraron a favor de suprimir los derechos de los inmigrantes a traerse a familiares al Reino Unido.
Estos derechos pueden ser modificados si el Gobierno quiere, agregó el texto, titulado El impacto económico de la inmigración.
Afirma que hay un peligro de que la inmigración contribuya a la demanda de vivienda y al aumento de los precios inmobiliarios.
El uso del Producto Interior Bruto (PIB) para medir la contribución económica de la inmigración es irrelevante y engañoso, de acuerdo con los lores.
En cambio, creen que el PIB por cápita debería ser una forma más apropiada de medir el impacto de la inmigración en la economía.
A corto plazo, la inmigración crea ganadores y perdedores en términos económicos. Los mayores ganadores son los inmigrantes y sus empleadores en el Reino Unido, agregó.
Los perdedores pueden incluir los empleos con una remuneración baja y que compiten directamente con los nuevos trabajadores inmigrantes, según los lores.
Brown dijo hoy que el PIB por persona aumentó desde 1997 (llegada de los laboristas al poder), pues ha pasado de 13.900 libras (unos 17.375 euros) anuales a las actuales 22.840 libras (28.550 euros).
Pero el premier reconoció que hay que mantener un equilibrio entre el aporte que hacen los inmigrantes al Reino Unido y las presiones a las que puede verse sometida la economía.
Tras conocerse estas conclusiones, el portavoz de Interior del Partido Conservador (primero de la oposición), David Davis, dijo que el documento ha derrumbado el argumento del Gobierno.
Por su parte, el responsable de Interior del Partido Liberal Demócrata (tercera formación británica), Chris Huhne, señaló que este informe pone de manifiesto que el Gobierno no sabe la cantidad de inmigrantes que viven en el Reino Unido.
Sin embargo, el responsable de Inmigración del Gobierno, Liam Byrne, defendió la política laborista y dijo que este año se establecerá un nuevo organismo -la Agencia de Inmigración y Fronterasque reforzará el control de las fronteras británicas.
El Gobierno también ha defendido la puesta en marcha este año de un sistema de puntos -copiado del australiano y por el que se selecciona a los que pueden entrarpara el ingreso de inmigrantes.
Algunos grupos -trabajadores con pocos ingresos, minorías étnicas y jóvenes que desean entrar en el mercado laboralpueden sufrir por la competencia con los inmigrantes, se añade en el documento, elaborado tras una investigación sobre el asunto.
La Administración británica debería establecer un límite explícito sobre la entrada de extranjeros, subraya.
Sin embargo, el primer ministro británico, Gordon Brown, insistió hoy en que la economía del Reino Unido se ha beneficiado de la inmigración en la última década.
La City de Londres (centro financiero) no sólo se ha beneficiado por la inversión que viene de compañías internacionales, sino por el número de importantes trabajadores que vienen a unirse a ellas y están haciendo una gran contribución a la economía británica, puntualizó Brown en la rueda de prensa mensual celebrada en su residencia oficial de Downing Street.
Al mismo tiempo, los lores calificaron de fundamentalmente imperfecta la afirmación de los ministros de que la inmigración es necesaria para evitar una falta de mano de obra en el país.
También se mostraron a favor de suprimir los derechos de los inmigrantes a traerse a familiares al Reino Unido.
Estos derechos pueden ser modificados si el Gobierno quiere, agregó el texto, titulado El impacto económico de la inmigración.
Afirma que hay un peligro de que la inmigración contribuya a la demanda de vivienda y al aumento de los precios inmobiliarios.
El uso del Producto Interior Bruto (PIB) para medir la contribución económica de la inmigración es irrelevante y engañoso, de acuerdo con los lores.
En cambio, creen que el PIB por cápita debería ser una forma más apropiada de medir el impacto de la inmigración en la economía.
A corto plazo, la inmigración crea ganadores y perdedores en términos económicos. Los mayores ganadores son los inmigrantes y sus empleadores en el Reino Unido, agregó.
Los perdedores pueden incluir los empleos con una remuneración baja y que compiten directamente con los nuevos trabajadores inmigrantes, según los lores.
Brown dijo hoy que el PIB por persona aumentó desde 1997 (llegada de los laboristas al poder), pues ha pasado de 13.900 libras (unos 17.375 euros) anuales a las actuales 22.840 libras (28.550 euros).
Pero el premier reconoció que hay que mantener un equilibrio entre el aporte que hacen los inmigrantes al Reino Unido y las presiones a las que puede verse sometida la economía.
Tras conocerse estas conclusiones, el portavoz de Interior del Partido Conservador (primero de la oposición), David Davis, dijo que el documento ha derrumbado el argumento del Gobierno.
Por su parte, el responsable de Interior del Partido Liberal Demócrata (tercera formación británica), Chris Huhne, señaló que este informe pone de manifiesto que el Gobierno no sabe la cantidad de inmigrantes que viven en el Reino Unido.
Sin embargo, el responsable de Inmigración del Gobierno, Liam Byrne, defendió la política laborista y dijo que este año se establecerá un nuevo organismo -la Agencia de Inmigración y Fronterasque reforzará el control de las fronteras británicas.
El Gobierno también ha defendido la puesta en marcha este año de un sistema de puntos -copiado del australiano y por el que se selecciona a los que pueden entrarpara el ingreso de inmigrantes.
