Irán apunta a Occidente mientras siguen las protestas y aumentan los muertos

Varios manifestantes se enfrentan a la policía.
Irán comenzó a apuntar hacia los países occidentales, mientras prosiguen las protestas contra el Gobierno, en especial en Teherán, donde al menos otras 13 personas han muerto en los últimos enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes que denuncian un fraude electoral.
El presidente Mahmud Ahmadineyad, cuya polémica elección ha desatado la revuelta, advirtió a Estados Unidos y el Reino Unido de que deben poner fin a la 'interferencia' en los asuntos internos del país.

'Con estas opiniones prematuras os saldréis con toda seguridad del círculo de los amigos de Irán, así que os aconsejo enmendar vuestra postura intervencionista', señaló

Según el mandatario, al que la oposición acusa de fraude electoral, estos países no conocen al pueblo iraní y se equivocan al enjuiciar 'estos acontecimientos que elevan aún más la importancia de la República Islámica'.

Horas después, el Gobierno ordenaba la expulsión del corresponsal permanente de la cadena nacional británica BBC, John Lyne, al que acusó de mostrar una imagen falsa del país y de alentar los disturbios con sus informaciones.

Según las autoridades iraníes, Lyne ha faltado a la ética de su profesión al emitir noticias 'que no se ajustan a la realidad', informó la agencia de noticias local Fars.

El periodista, al igual que el resto de reporteros extranjeros que aún se encuentran en Teherán, tenía prohibido desde el pasado martes salir a la calle para informar de las manifestaciones de la oposición, que el régimen considera ilegales.

El ataque contra los países extranjeros lo inició el ministro de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottaki, quien en una cita con el cuerpo diplomático acreditado en Teherán acusó a Francia, Alemania y el Reino Unido de aprovechar las elecciones presidenciales para tratar de derrocar al régimen.

'Los políticos de ciertos países han hecho declaraciones intrusivas e irresponsables.....deben pensarlo dos veces antes de cuestionar el proceso democrático de las últimas elecciones', afirmó.

Mottaki fue especialmente duró con el Foreign Office británico, al que acusó de perturbar la paz en Oriente Medio para 'proteger al estado sionista', en alusión a Israel.

Además, pidió a Francia que se disculpe por las declaraciones de su presidente, Nicolás Sarkozy, quien dijo estar seguro de que son ciertas las quejas de fraude electoral que denuncia la oposición iraní.

El presidente del Parlamento, Ali Larijani, fue un paso más allá y dijo que la Cámara debe reconsiderar las relaciones diplomáticas con estos países.

Según la radio oficial, el político calificó de 'vergonzosa' la postura adoptada por esos tres países y por Estados Unidos e instó a la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento a 'repensar los lazos con los tres países europeos'.

Irán es escenario desde hace una semana de protestas diarias y enfrentamientos entre la oposición y las fuerzas de Seguridad que hasta el momento se han cobrado la vida de al menos una veintena de personas, según datos oficiales.

La situación se agravó el sábado después de que al menos trece personas murieran víctimas de la represión policial de una marcha de protesta de la oposición, que denuncia un fraude electoral masivo en las elecciones del pasado 12 de junio.

La televisión estatal calificó hoy de 'terroristas' a los que se enfrentaron a la Policía, y aseguró que las Fuerzas de Seguridad habían detenido a varias personas -sin más especificacionesrelacionadas con el grupo de oposición armada 'Muyahidin Jalq'.

Fuentes diplomáticas indicaron a Efe que los muertos en los últimos enfrentamientos podrían ascender a 19 y que había cientos de detenidos. Por su parte, fuente médicas señalaron que los heridos superaban el centenar.

Mientras crece la militarización de las calles, el líder de la oposición iraní, Mir Husein Musaví, ha subrayado que hay que 'limpiar las mentiras y las actitudes deshonestas' que amenazan con destruir el sistema.

En un texto colgado en su página web, el ex primer ministro advierte a las autoridades de la República Islámica que debe permitir las protestas o hacer frente a las consecuencias.

Sus palabras suponen un claro desafío al líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jameneí, quien el viernes negó las denuncias de fraude electoral y exigió que se pusiera fin a las manifestaciones callejeras si se quería evitar 'un derramamiento de sangre'.

'No nos oponemos al sistema islámico y a sus leyes, sino a las mentiras y a las ideas desviadas. Solo buscamos una reforma', afirmó Musaví.

'El pueblo espera de sus gobernantes honestidad y decencia porque muchos de nuestros problemas se deben a las mentiras. La revolución islámica debe ser el camino', agregó.

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