El juicio de Bo Xilai: bienvenidos al 'show de Truman'

Fotografía tomada de una pantalla que muestra la página web del Tribunal Intermedio de Jinan con un video de Gu Kailai, la esposa del antiguo líder regional Bo Xilai (Foto: EFE)
El juicio contra Bo Xilai ha transformado la ciudad oriental de Jinan -pequeña en proporciones chinas- en el escenario de una suerte de 'show de Truman', pese al intento de las autoridades de mostrar un juicio público e independiente.

Paloma AlmogueraLos cerca de siete millones de habitantes de Jinan viven estos días inmersos en una dinámica muy distinta a la tranquila rutina de esta localidad atravesada por el río Amarillo.

Desde el miércoles, más de 200 periodistas extranjeros alojados en varios hoteles de la ciudad -que han disparado los precios para la ocasión-, rodean el Tribunal Popular Intermedio, donde se celebra el juicio.

Convertida en el epicentro del momento, la inmensa corte ocupa casi un bloque entero de una de las calles principales de Jinan, dividida en dos por las aguas estancadas del río.

La imagen resultante es peculiar. Mientras algunos ciudadanos se afanan en extraer agua del cauce, ejércitos de reporteros cargados con cámaras, trípodes y aparatos satélites se afanan de los hoteles colindantes a las puertas de los juzgados.

Sin que puedan captar mucho de lo que ocurre. Hasta el momento, los reporteros gráficos han tenido que conformarse con intentar obtener la imagen de Bo cuando entra o sale escoltado del tribunal, aunque furgonetas Mercedes, Volkwsagen y vehículos deportivos con cristales tintados dificultan la tarea.

Pero ello no quiere decir que no haya lugar para el espectáculo, en un juicio que se desarrolla bajo un guión estricto pero en el que Bo ha dado más de una nota disonante.

Acusado de soborno, malversación y abuso de poder, el antiguo líder de la ciudad de Chongqing, y aspirante a gobernar el país, ha negado combativo las acusaciones contra él y ha insinuado que su esposa, acusada del asesinato del empresario Neil Heywood -la supuesta raíz del escándalo-, está 'loca'.

'Ha cambiado, suele decir cosas falsas. Se encuentra bajo una situación de enajenación mental', no ha dudado en denunciar el acusado.

Ella, antes una glamourosa abogada de prestigio, ha protagonizado hasta el momento el momento álgido de la vista al divulgarse hoy un vídeo en el que declaraba en contra de su marido.

Aunque se trataba de un testimonio filmado desde prisión hace más de diez días, la cinta se emitía en una televisión de la sala de prensa del hotel de Jinan cuando los periodistas aguardaban un comunicado sobre la segunda sesión del juicio.

Como si de una aparición -virtual- se tratase, un primer plano de una Gu muy delgada -en su juicio hace un año apenas se la reconocía por el sobrepeso-, congregaba en segundos a decenas de periodistas en torno al visor, y a millones de personas en el ciberespacio.

De forma inaudita, en la primera ocasión en que ocurre algo así en China, partes del juicio seleccionadas por las autoridades se retransmiten a través de la cuenta de 'Weibo' -el 'Twitter chino'- del propio tribunal.

Si los ciudadanos de la blogosfera pueden examinar así lo que ocurre en el interior de la sala de audiencias, los periodistas encargados de contarlo son, a su vez, sometidos al escrutinio de la Policía china.

Centenares de agentes uniformados o de paisano recorren, y toman imágenes, de los reporteros encargados de cubrir el juicio in situ, en un juego de espejos en el que los encargados de observar el proceso se convierten en observados, y las calles adyacentes al tribunal, en un episodio de 'Gran Hermano'.

Un episodio que, como suele ocurrir en el capítulo final de las series de gran audiencia, ha visto doblada su duración: se esperaba que se prolongara un día, tal vez dos, y ya parece seguro que continuará al menos hasta el sábado por la tarde.

Quizá, según se especula, la 'combativa' reacción de Bo haya pillado por sorpresa a las autoridades, lo que ha demorado el proceso.

Mientras hay quien defiende que Bo se ha salido realmente del guión, otros consideran que su reacción es también parte de la puesta en escena y que se trata de un guiño del actual presidente, Xi Jinping, a los 'príncipes' del Partido -hijos de líderes revolucionarios como él y Bo- y al ala más izquierdista.

Sólo una cosa parece clara por ahora: el 'show' va a continuar.

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