Los tribunales locales que procesan a los criminales de menor rango necesitan más apoyo para no generar un ‘agujero de impunidad’

Justicia en los Balcanes más allá de Karadzic’

Radovan Karadzic. (Foto: Archivo )
Durante las guerras en la antigua Yugoslavia se cometieron miles de crímenes y la justicia no da a basto para juzgarlos. El Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPIY) ha procesado a 161 personas. El próximo será el líder serbo-bosnio Radovan Karadzic, capturado esta semana, y solo quedan prófugos otros dos criminales de alto rango: el general Rantko Mladic y el líder serbo-croata Goran Hadzic.
Pero al margen de estos nombres, miles de casos siguen en espera de que la Justicia actue. Y no en el TPIY, sino los tribunales locales y regionales que funcionan en los Balcanes. Apoyarlos será garantía de que no quedan ‘agujeros de impunidad’ por los peores conflictos vividos en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, asegura la ONG Human Right Watch.



El TPIY se creó en 1993 para enjuiciar los crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en las guerras balcánicas (deportaciones forzosas, asesinatos, genocidio, violaciones, ataques deliberados a objetivos civiles...). Ha concluido más de un centenar de procesos, 46 siguen abiertos y ha emitido una única sentencia por genocidio, contra Radislav Krstic, el número dos de las tropas serbobosnias por la matanza de Srebrenica.

El pez más gordo que se sentó en el banquillo fue el ex presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, que murió antes de que acabara su juicio, y otro caso importante será ahora el de Karadzic pero organizaciones como HRW se esfuerzan por subrayar que la Haya no es ‘el todo’, sino ‘parte del todo’.

En los Bosnia-Herzegovina los propios afectados imparten justicia (con el asesoramiento internacional) a crimanales de guerra en cortes locales, cantonales o estatales mediente un sistema judicial, que si se superan los problemas actuales, puede ser modelo para otros países.

Este entramado comenzó a funcionar cuando se constató que el TPIY, que tiene un tiempo limitado de vida (en principio hasta 2010 aunque podría alargarse un poco), se desbordaba. Por eso se optó por que allí solo llegaran los máximos responsables mientras que la Cámara de Crímenes de Guerra de Sarajevo (creada en 2005) se podía encargar de los mandos intermedios y las cortes locales o cantonales que ya parecían funcionar de los de menor rango como soldados o policías.

Sin embargo, en estos últimos tribunales -según denuncia HRW en su último informe este mes titulado ‘Todavía Esperando’las carencias son enormes: las víctimas llevan más de una década en espera de que se haga justicia, faltan medidas para su protección, personal especializado, cooperación entre fiscales y policías, y también apoyo financiero y político tanto nacional como internacional. Además, en muchos casos existe desinterés, connivencia o miedos para llevar a cabo las investigaciones y los fiscales tienen problemas para utilizar evidencias y documentos que están en La Haya.

‘Ha pasado tanto tiempo que los testigos han olvidado muchos detalles importantes, algunos han muerto o han huído, no se les ayuda económicamente ya que tienen que costearse el transporte hasta la corte hasta en diez ocasiones y muchas veces viajan junto a los familiares de los acusados y viven escenas muy duras’, explica a Fax Press la investigadora de HRW para los Balcanes, Wanda Troszczynska.



MILES DE CASOS PENDIENTES



El número de casos pendientes, añade Troszczynska, se cuenta por miles. ‘Se suele dar la cifra de 16.000 pero este número está exagerado porque en él se incluyen también quejas y no solo los casos penales por lo que sería fundamental aclarar la candidad total’.

Organizaciones como la suya siempre esperan que la captura de un personaje importante, como fue hace años Milosevic y ahora es Karadzic repercuta positivamente. ‘Todo influye aunque más a nivel político y psicológico que en el práctico’, comenta. En opinión de muchos, que uno de los grandes caiga hace que los involucrados de menor rango piensen que si sus jefes no han escapado a la justicia mucho menos podrán hacerlo ellos.

Pero sobre todo hace falta dinero y presión política.

La Cámara para Crímenes de Guerra de Sarajevo tiene un balance bastante exitoso con 57 procesos en tres años. En las cortes locales el balance es más contradictorio y surgen problemas cuando el acusado es miembro de la mayoría étnica de la zona donde se le enjuicia. En la entidad serbia de Bosnia-Herzegovina, Srpska, solo se han realizado 18 procesos y pronunciado 7 veredictos desde que acabó la guerra mientras que en la Federación Bosnia ha habido 144 sentencias y 25 casos siguen abiertos.

‘Falta una estrategia de justicia global para toda la región’, insiste Troszczynska. Por un lado se necesitaría armonizar las distintas legislaciones existentes -se producen problemas, por ejemplo, porque se dictan condenas muy distintas para el mismo crimen según el tribunal y muchas veces es imposible el traslado o la extradición-. Por otro, es preciso apoyo material y voluntad política para llevar a cabo los procesos.

‘Los donantes tienen que prestar atención a este modelo de justicia’, reclama Troszczynska. Por ello, HRW pide a la comunidad internacional más apoyo, que acepte a los testigos que huyen y piden protección y que presione a Bosnia, Serbia, Croacia y Montenegro para que eliminen los obstáculos legales que impiden las extradiciones de implicados en crímenes de guerra, contra la humanidad o genocidios.

‘La comunidad internacional se comprometió a hacer justicia’ pero si no se apoya a las cortes locales quedará un ‘agujero de inmunidad’ para graves crímenes de guerra, recuerda HRW.

Te puede interesar