El terremoto y el posterior tsunami dejaron tras de sí a más de 70.000 niños y niñas desplazados, informó ayer la ong Save de Children. 'La mayoría de ellos perdieron sus hogares y se vieron obligados a refugiarse en centros de evacuación, que nada tienen que ver con un hogar y pueden provocarles miedo y ansiedad', destacó Stephen McDonald, que coordina los trabajos de Save the Children en Japón. 'Existe además el riesgo -agrega McDonald- de que muchos hayan sido separados de sus padres y sus familias tras la triple emergencia: el terremoto, el posterior tsunami y los incidentes nucleares'.
Save the Children está presente en Sendai, una de las zonas más castigadas. Además, otros equipos se desplazarondesde Tokio para crear 'una red de espacios seguros para niños y niñas, donde puedan jugar, y que permitan a los padres un descanso mientras se registran para obtener ayuda de emergencia o buscan a otros familiares'.
