Decenas de miles de personas se manifestaron hoy en Baréin contra la posible unión de ese estado con Arabia Saudí, una opción que fue planteada esta semana en una reunión de los países del Golfo y ha elevado la tensión en la zona.
Los principales grupos de la oposición, junto con líderes chiíes y liberales, convocaron una marcha que recorrió el norte de la capital de Baréin, Manama, para denunciar el citado proyecto de unión, que aún está sin definir, y volvieron a exigir reformas democráticas y la liberación de los detenidos políticos.
Los manifestantes gritaron consignas contra una posible unificación con Arabia Saudí y la reciente decisión estadounidense de reanudar parcialmente la venta de armas a Baréin, al tiempo que expresaron su apoyo al jeque Isa Qasim, un clérigo chií acusado de agitación en el país.
Qasim pronunció un sermón en la localidad de Duraz, al norte de Manama, en el que cuestionó que 'los gobiernos quieran unir a los pueblos de la región cuando al mismo tiempo los excluyen' de cualquier diálogo sobre esa cuestión y limitan sus libertades.
Además, otras manifestaciones se desarrollaron en las localidades de Sanabis y Sitra, a las afueras de la capital.
El pasado lunes, los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Omán, Kuwait, Baréin y Catar- celebraron una reunión en la que decidieron debatir su posible unión en una futura cumbre, aunque no precisaron más detalles sobre el proyecto.
Este gesto suscitó recelos entre los opositores de Baréin, que creen que esa es una forma de acabar con más de un año de protestas en el pequeño reino.
Por otra parte, miles de personas se manifestaron hoy en Irán en contra del plan de unión entre Arabia Saudí y Baréin, que el régimen de la República Islámica considera una eventual anexión del segundo país al primero.
Históricamente, Teherán ha tenido pretensiones territoriales sobre Baréin, un pequeño reino del golfo Pérsico en el que se calcula que cerca del 70 por ciento de la población es también musulmana chií y está dirigido por una minoría suní.
Las autoridades de Baréin y de otras monarquías suníes de la región han denunciado últimamente las supuestas injerencias de Irán en sus asuntos internos y su apoyo a las protestas en estos países.
Precisamente ayer, el ministro de Asuntos Exteriores bareiní, Jaled al Jalifa, pidió a Irán que deje de entrometerse en los asuntos de Baréin, lo que llevó hoy al Ministerio de Asuntos Exteriores iraní a convocar al encargado de negocios de Baréin en Teherán para rechazar tales acusaciones.
Decenas de personas han resultado muertas y cientos han sido heridas y detenidas en la represión de las protestas en Baréin, donde el régimen de los Al Jalifa ha contado con la ayuda de tropas del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), en especial de saudíes y emiratíes.
