Los habitantes de la ciudad norteamericana arropan a las familias de los niños en los primeros funerales

Newtown comienza a despedir a las víctimas del Sandy Hook

Varios niños acompañados por su familia salen del funeral de Jack Pinto, uno de los asesinados en el colegio. (Foto: P. FOLEY)
Mientras trata de recuperarse de una de las peores masacres de la historia de Estados Unidos, la pequeña ciudad de Newtown comenzó ayer la triste y difícil tarea de enterrar a los pequeños fallecidos en el tiroteo con los funerales de Jack Pinto y Noah Pozner, ambos de seis años.
Los habitantes de Newtown volvieron a mostrar su incondicional apoyo a las familias de las víctimas reuniéndose masivamente frente a la funeraria Honan, donde se llevaba a cabo un servicio en memoria del pequeño Pinto, un fanático del jugador fútbol americano Víctor Cruz, de los New York Giants.

En su honor, Cruz escribió el domingo en una de sus botas 'Jack Pinto, mi héroe' y en otra 'R.I.P Jack Pinto'. Para recordar al pequeño asesinado, algunos de los que allí se reunieron ayer se vistieron con sudaderas de ese equipo de fútbol americano y, de nuevo a pesar de la lluvia y el frío, ofrecieron su cariño a los familiares de las víctimas con velas, osos de peluche y mensajes de apoyo.

Tras la ceremonia en la funeraria, que realizará en los próximos días al menos otros once velatorios de las víctimas de la matanza, el pequeño cuerpo de Pinto fue enterrado en el cementerio Newtown Village Cemetery. También muchos se congregaron en las cercanías de la funeraria Abraham L. Green and Son, en la vecina Fairfield, donde se celebraba el servicio en memoria de Pozner, quien, según su tía, podía 'conseguir lo que quisiera simplemente pestañear y mirarte con sus grandes ojos azules'. El triste proceso continuará con el velatorio de James Mattioli, de seis años, que será enterrado hoy al igual que Jessica Rekos, de su misma edad, mientras que para el miércoles están previstos los de los pequeños Chase Kowalski y Catherine V. Hubbard, así como de la directora del colegio, Dawn Hochsprung, y la profesora Victoria Soto, esta en Stratford.


INVESTIGACIÓN POLICIAL

Las escuelas seguían ayer cerradas por la tragedia del viernes, cuando Adam Lanza, de 20 años, disparó hasta en cuatro ocasiones a su madre en la enorme casa de Newtown en la que vivían y después se dirigió al colegio Sandy Hook, donde acabó con la vida de otros seis adultos y 20 niños de 6 y 7 años. Hoy vuelven las clases en los colegios de la zona, pero no en Sandy Hook, que sigue siendo una escena del crimen bajo investigación y que podría no volver a abrir sus aulas jamás, por lo que sus estudiantes serán trasladados a un centro de primaria cercano.

Con todo el país en alerta, horrorizado por lo sucedido en la Sandy Hook, ayer dos escuelas de la localidad de Ridgefield, también en Connecticut, tuvieron que cerrar brevemente cuando los vecinos alertaron a la policía de la presencia de un hombre sospechoso que parecía portar un rifle en el hombro, aunque el incidente resultó ser una falsa alarma.

La policía continúa con la investigación para tratar de esclarecer qué ocurrió exactamente el pasado viernes y anunció que son dos, y no uno como se había dicho inicialmente, los adultos que resultaron heridos en Sandy Hook.

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