Usó gases lacrimógenos, cañones de agua y se empleó sin contemplaciones contra los concentrados

La policía turca desaloja la plaza Tkasim y el parque Gezi

La policía disuelve con cañones de agua a los concentrados en la plaza Tkasim. (Foto: SEDAT SUNA)
La policía desalojó ayer de forma fulminante la céntrica plaza de Taksim en Estambul y el adyacente parque Gezi con cargas y el empleo de abundante material antidisturbios, como cañones de agua y gases lacrimógenos. La gobernación de Estambul informó de que hay 29 personas hospitalizadas, ninguna de ellas en estad.
Los antidisturbios lanzaron salvas de gas lacrimógeno y varias cargas sucesivas que hicieron huir a los acampados del parque, símbolo de las mayores revueltas antigubernamentales en el país en la última década.

Los policías se emplearon sin contemplaciones y utilizaron también pulverizadores a presión de gas pimienta de forma indiscriminada entre los presentes, entre ellos familias al completo y la prensa que cubría el desalojo.

Cientos de antidisturbios entraron a la zona verdes desde la plaza Taksim, mientras que los manifestantes salieron a la carrera por el lado opuesto del parque entre escenas de pánico.


CARGAS

De forma paralela otros agentes cargaban en los aledaños de la plaza y las calles adyacentes al parque, lo que generó una gran confusión entre las miles de personas que estaban en la céntrica zona de Estambul.La policía empezó a desmontar con una excavadora las tiendas de campaña, carpas y casetas que los 'indignados' turcos habían levantado en los 18 días en los que ocuparon el recinto.

Numerosas ambulancias acudieron a la entrada del parque, en el que también hay desplegadas varias tanquetas de agua a presión y un gran número de agentes.

El desalojo se produjo horas después de que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogán, advirtiera que la Policía desalojaría por la fuerza a quienes siguieras ocupando mañana -por hoy domingo- el parque Gezi.

Hüseyin Celik, portavoz del partido gubernamental de tendencia islamista moderada, declaró tras la operación policial: 'Si Turquía no fuera un país democrático, esto no habría continuado durante 19 días. La paciencia tiene un límite'.

Deben de entender (los manifestantes) que a pesar de nuestra buena voluntad, el Gobierno tiene la responsabilidad de dirigir un Estado', agregó.

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