La conmemoración en Portugal del 40 aniversario de la Revolución de los Claveles evidenció el ambiente de fractura política que vive el país, incluso cuando ya vislumbra el fin del rescate y espera regresar al crecimiento este mismo año.
El jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, pidió más responsabilidad a los partidos; las fuerzas políticas continuaron con su intercambio de acusaciones sobre quién fue el responsable de la crisis; y mientras, en la calle, algunos de los protagonistas del golpe de Estado de 1974 censuraron el empobrecimiento del país.
Mientras, miles de ciudadanos rindieron tributo en la capital de Portugal a los militares que protagonizaron el golpe militar del 25 de abril de 1974, en un acto de marcado tono crítico con el gobierno conservador y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI).