El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, apeló ayer a cimentar la cohesión social del país y defenderla de los 'sentimientos adversos' contra las instituciones que crecen en épocas de crisis. 'Es imperioso que todos mantengamos la cohesión social de nuestra República portuguesa, así como la confianza de los portugueses en las instituciones', dijo el jefe de Estado durante su discurso con motivo de la conmemoración del 103º aniversario de la República de Portugal.
El presidente Cavaco Silva reivindicó los valores de ética y vida pública, instó a promover la confianza de la población en el Estado y abogó también por evitar que la crisis cree ciudadanos 'de primera y de segunda', especialmente entre los sectores sociales más desfavorecidos, como jubilados, jóvenes o desempleados.
Por eso, defendió el respeto a los principios de 'igualdad y dignidad humana' de la Constitución portuguesa, así como la contribución de todos los ciudadanos al bien común. 'Nadie puede eximirse de sus responsabilidades', cuando 'todos estamos llamados a hacer pesados sacrificios' en nombre de un futuro mejor o para las generaciones venideras, apuntó.
INSTITUCIONES PÚBLICAS
Además, exhortó a defender las instituciones públicas frente a los ataques de aquellos que quieren 'contribuir de forma irresponsable a profundizar el distanciamiento y el desinterés de los ciudadanos por la vida colectiva', denunció.
Bajo asistencia financiera internacional desde hace dos años y medio, Portugal atraviesa una de las peores crisis económicas de su democracia, que arrastra el tercer año de recesión y batiólos récords históricos de desempleo, situado en agosto en el 16,5 %.
Por eso, defendió el respeto a los principios de 'igualdad y dignidad humana' de la Constitución portuguesa, así como la contribución de todos los ciudadanos al bien común. 'Nadie puede eximirse de sus responsabilidades', cuando 'todos estamos llamados a hacer pesados sacrificios' en nombre de un futuro mejor o para las generaciones venideras, apuntó.
INSTITUCIONES PÚBLICAS
Además, exhortó a defender las instituciones públicas frente a los ataques de aquellos que quieren 'contribuir de forma irresponsable a profundizar el distanciamiento y el desinterés de los ciudadanos por la vida colectiva', denunció.
Bajo asistencia financiera internacional desde hace dos años y medio, Portugal atraviesa una de las peores crisis económicas de su democracia, que arrastra el tercer año de recesión y batiólos récords históricos de desempleo, situado en agosto en el 16,5 %.
