Los dos líderes se comprometieron a ayudar a los rebeldes en la búsqueda y detención de Gadafi

Sarkozy y Cameron viajan a Libia para apoyar al Gobierno

 David Cameron y Nicolas Sarkozy visitan a pacientes en el Centro Médico de Trípoli, Libia. (Foto: STEFAN ROUSSEAU)
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, principales impulsores de la intervención de la OTAN en Libia, sellaron ayer en una repentina visita a Trípoli su compromiso a seguir apoyando a la máxima autoridad rebelde libia.
En la primera visita de un jefe de Gobierno o de Estado a Libia, organizada en medio de estrictas medidas de seguridad y rodeada de un ambiente de manifiesta euforia, ambos líderes recibieron también las alabanzas de los dirigentes políticos del CNT por su implicación en el conflicto armado libio.

'La victoria nunca fue posible sin la ayuda de los aliados y especialmente de Francia y el Reino Unido', declaró en una rueda de prensa conjunta el presidente del Consejo Nacional Transitorio (CNT), Mustafa Abdulyalil.

Una ayuda que, según Abdulyalil, que estuvo acompañado por el jefe del Gobierno libio, Mahmud Yibril, responde únicamente a razones humanitarias. Una cuestión sobre la que volvieron Cameron y especialmente Sarkozy, que negó la existencia de un supuesto pacto entre París y Bengasi para la explotación del 35% del crudo libio.

No obstante, más allá de mostrar la satisfacción por el triunfo de la revolución y por los 'rápidos progresos' realizados por las autoridades libias, tanto el CNT como ambos líderes europeos insistieron en que todavía queda mucho por hacer.

Muamar al Gadafi 'tiene que ser detenido' dijo Sarkozy que junto a Camerón arropó en la rueda de prensa a la cúpula política rebelde.

Asimismo, el presidente francés advirtió de que todos los que 'han cometido crímenes' tendrán que someterse a la justicia.

Por su parte, Cameron reconoció que aún se está 'lejos de haber terminado el trabajo' en el combate con las fuerzas gadafistas y mostró su disposición a continuar ayudando en la búsqueda de Gadafi.

Por último, Sarkozy destacó que es importante 'que todos los dictadores del mundo entiendan que no habrá un solo lugar en el mundo del siglo XXI en el que puedan gozar de impunidad'.

Tras su comparecencia en Trípoli, Sarkozy y Cameron viajaron a Bengasi para visitar la plaza de la libertad, el lugar donde comenzaron las revueltas.

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