El Senado de Connecticut excluye la pena de muerte

El Senado de Connecticut ha repudiado hoy la pena de muerte en un paso que acerca a este estado del noreste de EE.UU. a los otros cuatro que en el país han renunciado al máximo castigo durante los últimos cinco años.
La medida debe ser aprobada todavía en la Cámara de Representantes del estado, donde se espera que tenga apoyo mayoritario, y el gobernador, el demócrata Dannel Malloy, ha adelantado que la promulgará en cuanto le llegue a su despacho.

Además de Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York e Illinois, que ya han excluido la pena capital, los votantes en California tendrán la oportunidad de rechazarla en noviembre.

La pena de muerte ha existido en Connecticut desde la época colonial, pero el estado tuvo que revisar sus leyes que incluyen esa condena a partir de 1972 cuando una decisión del Tribunal Supremo estadounidense requirió más coherencia en su aplicación.

La moratoria impuesta entonces duró cuatro años hasta que el Supremo validó la constitucionalidad de la pena de muerte.

Desde que se restableció la pena de muerte en Estados Unidos en 1976 han sido ejecutadas más de 1.280 personas en los 34 estados donde se aplica esa condena.

Desde 1976 los jurados de Connecticut han dictado 15 sentencias de muerte, de las cuales solo una se ha ejecutado, la de Michael Ross, condenado por varios homicidios y quien recibió las inyecciones letales en 2005 después de que renunciara a apelar.

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