Guardacostas del Gobierno de Somalia interceptaron anoche una lancha motora cargada de armas supuestamente dirigidas a Al Shabab y detuvieron a tres extranjeros y dos somalíes que viajaban en ella cuando intentaban atracar en un puerto en desuso en el norte de Mogadiscio.
'Hemos interceptado una lancha motora que transportaba distintos tipos de armas, entre ellas AK47, lanzagranadas y munición, en la que iban tres ciudadanos extranjeros, dos kenianos y un tanzano, y dos somalíes', dijo hoy el almirante Farah Omar Ahmed, conocido como Farah Qare.
El oficial aseguró en declaraciones a los medios de comunicación en la localidad costera de Lido que las armas que portaban los detenidos iban a ser entregadas al grupo radical islámico Al Shabab, vinculado a Al Qaeda.
Sin embargo, uno de los hombres detenidos, que también habló con la prensa, aseguró que los ocupantes del barco son pescadores de la ciudad costera keniana de Mombasa que se habían perdido, y detalló que transportaban armas para poder defenderse de los piratas somalíes que navegan por la zona.
Farah Qare afirmó asimismo que los detenidos se encuentran bajo custodia del Gobierno somalí, aunque otros oficiales guardacostas detallaron que los dos somalíes arrestados están siendo interrogados por la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM).
La detención de la embarcación cargada de armas se produce días después del inicio de la ofensiva del Ejército keniano sobre las posiciones de Al Shabab en Somalia, tras lo cual el grupo terrorista aseguró que responderá al ataque con todos los medios a su alcance.
Ayer, el portavoz de militar de Al Shabab, Sheikh Abdulaziz Abu Musab, amenazó con llevar acabo atentados terroristas en la capital de Kenia si este país no retira sus tropas de Somalia.
'Los edificios de cristal de Nairobi no serán seguros si Kenia continua con su ofensiva en Somalia. Repeleremos el ataque y haremos que los kenianos saboreen el dolor', dijo Abu Musab a la emisora local Alfurqan Radio en Mogadiscio.
La ofensiva del Ejército keniano en Somalia comenzó el pasado fin de semana, tras el secuestro el pasado jueves de dos cooperantes españolas de Médicos Sin Fronteras en el campo de refugiados keniano de Dadaab, a 100 kilómetros de la frontera somalí, el cuarto que se produce en poco más de un mes.
