Se trata de un enclave estratégico situado en el camino hacia Bengasi, la segunda ciudad del país

Las tropas de Gadafi cercan a los rebeldes en Ajdabiya

Simpatizantes del líder libio Muamar el Gadafi se manifiestan en Trípoli. (Foto: MUHAMED MESSARA)
Las tropas de Muamar el Gadafi consiguieron ayer cercar la ciudad de Ajdabiya, a 160 kilómetros de Bengasi, un enclave estratégico para poder aislar la zona controlada por los rebeldes de su conexión con el exterior y sitiar su principal bastión en la segunda urbe del país. El bombardeo de los aviones de Gadafi, apoyado por el lanzamiento de obuses desde barcos de guerra situados frente a las costas de Ajdabiya, permitió que las fuerzas terrestres se aproximasen a la ciudad y la sometiesen a un intenso fuego de artillería pesada, según la cadena qatarí Al Yazira.
Las tropas del régimen de Trípoli lograron acceder a algunos barrios periféricos de la ciudad y controlan ya su zona oriental y occidental, mientras que los rebeldes se replegaron hacia el centro urbano. En medio de informaciones contradictorias sobre la suerte de la ciudad, Fathi Terbel, miembro del Consejo Nacional Transitorio (CNT), órgano dirigente de los rebeldes, aseguró que la ciudad permanece todavía bajo su control. Terbel reconoció que el ataque de las fuerzas de Gadafi 'por tierra, mar y aire' sobre Ajdabiya les cogió 'por sorpresa' por lo que realizaron un 'repliegue táctico' pero luego atacaron el flanco de retaguardia de los leales al régimen.

El dirigente rechazó asimismo que las fuerzas de Gadafi se hayan hecho con el control del enclave petrolero de Briga, cercano a Ajdabiya, y aseveró que los rebeldes capturaron el lunes en esa localidad a varias decenas de sus efectivos.

El G8 cerró ayer su cumbre ministerial de Exteriores con un acuerdo sobre la necesidad de incrementar las presiones para incitar la salida del líder libio Muamar al Gadafi, pero sin ninguna decisión concreta sobre cómo lograr que abandone el poder. Los representantes de Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia se mostraron cautos en la toma de cualquier acción sin el consentimiento de la ONU , de la Liga Árabe y de los países de la región, y se limitaron a apoyar las reivindicaciones del pueblo libio.

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