Farolas, ese oscuro objeto de deseo

Reponer el mobiliario urbano le cuesta a los municipios un buen pellizco cada año, pero si son ayuntamientos pequeños, le resulta más gravoso.
En algunos casos, como estas bonitas farolas de fundición de Bande, la querencia por destrozarlas puede parecer que se hubieran convertido en un oscuro objeto de deseo. Como en otras muchas ocasiones, su ubicación pudiera prestarse a ello, por lo que no le vendría mal una protección que las libre de los impactos.

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