La línea amarilla hay que respetarla en su totalidad

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Quienes viajamos asiduamente en el transporte público por la ciudad de Ourense nos damos cuenta de las dificultades que tienen los conductores de los autobuses a la hora de aparcar frente a las marquesinas y espacios reservados para ellos. En la mayoría de los casos están ocupados por turismos, lo que obliga a los viajeros a tener que desplazarse hasta el centro de la calle. Después, hay otros lugares, como el intercambiador de As Lagoas –donde acuden varias líneas y se acumulan autobuses–, en el que los conductores no respetan en su totalidad la línea amarilla, como puede verse en la imagen.
 

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