Imágenes como la que contemplamos son las que llenan de indignación al ciudadano al comprobar cómo este vehículo oficial está aparcado justo delante de un bajo que tiene la placa de vado en la calle Roi Páez, en el barrio ourensano de A Milagrosa. Mientras el resto de ciudadanos serían sancionados y les llevaría su vehículo la grúa por estorbar una entrada y salida protegida, ese conductor revestido de autoridad, con toda una calle para poder aparcar, hizo caso omiso de las normas. La prepotencia es su gran enemigo y el derecho a la libertad de expresión la ventaja del ciudadano. Debería tomar nota.
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Daniel Fernández
13/nov./16 - 18:17
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