La publicidad política ensucia y no respeta nada

Los políticos, sobre todo en la oposición, son los primeros en protestar, lo cual está bien como labor fiscalizadora del grupo de gobierno, pero cuando llegan las elecciones su cartelería lo ensucia todo, al igual que la de sus adversarios políticos.
Les vale cualquier lugar, desde árboles a fachadas, sin respetar el cartel que lo prohíbe. Y ahí queda. Eso no es predicar con el ejemplo.

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