Las pintadas invaden las fachadas de las viviendas y los vecinos reclaman más vigilancia policial

El botellón marca su territorio en Flores

La emblemática Eira de Flores es uno de los lugares afectados por los actos vandálicos.
Los vecinos del Barrio de Flores, en Carballiño, hace años que se han resignado a soportar los ruidos que genera cada fin de semana el botellón. Sin embargo, la situación ha empeorado con el progresivo incremento de pintadas que invaden las fachadas, puertas y persianas de sus viviendas. Los afectados consideran que el entorno más antiguo de la villa aparenta ser un barrio marginal. Las autoridades municipales se comprometen a reforzar la vigilancia pero no a erradicar el problema.
El botellón ha marcado su recorrido en el Barrio de Flores, un entorno que por ser el más antiguo de Carballiño debería ofrecer una imagen completamente distinta a la que tiene. Así lo manifiestan sus moradores, que se sienten impotentes ante el estado de abandono de la zona, que más que ser una referencia de los orígenes de la villa, presenta la apariencia de un barrio totalmente marginal.

Resignación

Hace años que el vecindario soporta con resignación las concentraciones de jóvenes durante las madrugadas de cada fin de semana. Sin embargo, la situación ha empeorado en gran medida hace aproximadamente año y medio, en que empezaron las primeras pintadas. Sonia Calvo Tato se encontró un domingo por la mañana con la fachada de su casa llena de garabatos. ’No se qué hacer, porque si la limpiamos seguro que no tardan en pintarla de nuevo’, manifestaba esta vecina, una de los muchos afectados del barrio.

Las paredes, muros, puertas, persianas e incluso marcos de ventanas y contadores están totalmente emborronados, sin ningún mensaje, sólo garabatos. La mayoría de los vecinos reco noce que se han visto obligados en varias ocasiones a realizar una limpieza, ’pero siempre ocurre de nuevo’, indicaba uno de los propietarios.

Sonia Calvo declaraba que ’son niños de 14 y 15 años, que beben pero también juegan como críos que son, corren y chillan y ponen la música de los coches a todo volumen’, y añadió que ’la culpa es del Concello porque ya se lo comunicamos en muchas ocasiones pero sigue faltando vigilancia’.

Rosa Núñez coincidía con su vecina, manifestando que ’hai unha total falta de sensibilidade por parte das autoridades cara o Barrio de Flores, non hai máis que ver os cascos antigos doutras vilas e comparalos co de Car balliño, cheo de maleza e pintadas, e coas casas sen rehabilitar’.

El concejal de Tráfico, José Antonio Barge, reconoce el problema, aunque considera que ’é moi difícil de erradicar, só me podo comprometer a reforzar a vixilancia, pero a Policía non pode estar en cada portal’.

Mientras, los vecinos consideran que la solución estaría en extremar el control policial. En ese sentido, señalan que ’debería haber máis patrullas da Policía Local e da Garda Civil, sería a maneira de evitar que os rapaces sigan cometendo actos vandálicos’, y añaden que ’acabaremos por levar ó Concello as facturas dos desperfectos para que se faga cargo dos gastos’.

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