La concejalía de Medio Ambiente de Carballiño ha detectado hasta el momento 10 contadores eléctricos en distintas calles del casco urbano, cuyas mediciones están siendo facturadas al Concello cuando hace años que están en desuso. El concejal responsable de este departamento, Jesús Rodríguez, afirma que han quedado sin retirar después de realizar reformas en el alumbrado que supusieron la unificación de varias calles en un único contador. Lo más grave es que el Concello ha estado abonando en los últimos años a Gas Natural-Fenosa casi 24.000 euros por un consumo registrado paralelamente en aparatos situados en otras zonas.
Jesús Rodríguez no descarta que haya más contadores en idéntica situación, por cuyo motivo se está realizando una revisión de todas las calles urbanas con el fin de suprimirlos y ajustar el gasto al consumo real. En una situación similar existen algunos semáforos que no funcionan pero por los que el Concello está pagando recibos.
PLAN
Este control forma parte de la campaña de ahorro energético que puso en marcha la Concejalía de Medio Ambiente hace más de un año y que consistió inicialmente en el apagado alternativo de farolas, al mismo tiempo que se retrasó la hora de encendido del alumbrado público y se adelantaba el apagado. Con esta medida, que se aplicó durante poco más de un año en nueve entornos del casco urbano, se ahorraron 31.840 euros.
El siguiente paso incluido en el mismo plan ha consistido en la sustitución de los alumbrados de las localidades de Boedes y Boborás, en la parroquia de Santa Uxía de Lobas. Jesús Rodríguez declaraba que 'empezamos por estes dous pobos do rural adaptándonos ó presuposto dispoñible porque facer os cambios de alumbrado no casco urbán sale máis caro, por eso de momento limitarémonos ó apagado alternativo de farolas'. La inversión en este proyecto, que ya está ejecutado, ha sido de 60.000 euros, contando con una subvención de 42.000, aportando el resto el Concello. Con esta obra el ahorro será de un 50% en los recibos, cuyo coste en ambas localidades alcanza los 2.100 euros al mes.
El concejal confirmó que en próximas fechas se reanudarán las labores del apagado de farolas de forma alternativa, para que no quede ningún tramo sin servicio, en otras ocho calles que han quedado pendientes en la villa.
PLAN
Este control forma parte de la campaña de ahorro energético que puso en marcha la Concejalía de Medio Ambiente hace más de un año y que consistió inicialmente en el apagado alternativo de farolas, al mismo tiempo que se retrasó la hora de encendido del alumbrado público y se adelantaba el apagado. Con esta medida, que se aplicó durante poco más de un año en nueve entornos del casco urbano, se ahorraron 31.840 euros.
El siguiente paso incluido en el mismo plan ha consistido en la sustitución de los alumbrados de las localidades de Boedes y Boborás, en la parroquia de Santa Uxía de Lobas. Jesús Rodríguez declaraba que 'empezamos por estes dous pobos do rural adaptándonos ó presuposto dispoñible porque facer os cambios de alumbrado no casco urbán sale máis caro, por eso de momento limitarémonos ó apagado alternativo de farolas'. La inversión en este proyecto, que ya está ejecutado, ha sido de 60.000 euros, contando con una subvención de 42.000, aportando el resto el Concello. Con esta obra el ahorro será de un 50% en los recibos, cuyo coste en ambas localidades alcanza los 2.100 euros al mes.
El concejal confirmó que en próximas fechas se reanudarán las labores del apagado de farolas de forma alternativa, para que no quede ningún tramo sin servicio, en otras ocho calles que han quedado pendientes en la villa.
