O Carballiño
Adiós a las monjas del asilo de Carballiño
Con 84 años José Benito Sieiro cuelga los hábitos tras 27 años como párroco de Carballiño. A pocas horas de dejar su labor de servicio, explica que "a misa non se celebra sempre tras un altar, un pode celebrar misa e rezar sen ser párroco. Celébrase sempre a non ser que un esté enfermo".
Al servicio de la Iglesia durante 60 años, 27 de ellos haciéndose cargo de las parroquias de Carballiño, Señorín y Partovia, hoy es la última misa que ofrecerá en Carballiño y es que "non me retiro, xubílome, eu facía un traballo moi necesario e moi fermoso como poden ser outros, como traballar nun hospital ou nun colexio, así que, igual ca eses profesionais, aquí tamén chega un momento da vida no que os anos che indican que xa non estás con todas as facultades e é o momento de deixar paso a voces novas".
La edad es lo que hace que este párroco deje su labor alegando que "unha parroquia non é só dar as misas os domingos, hai que estar para axudar ós feligreses que o precisan e hai outros curas máis maiores con un maior número de parroquias incluso dez ou doce, pero cunha poboación moito máis reducida, en Carballiño hai moita necesidade e hai que poder estar para dala". El todavía párroco recuerda que hay 125 familias del municipio que dependen de las ayudas de la iglesia así como de las ayudas de Cáritas y de sus voluntarios que se encuentran en la casa parroquial. "É o tipo de axuda onde se necesita estar con moita fortaleza, van familias por alimentos, familias que non poden pagar a luz, a auga...o piso... os voluntarios de Cáritas que se rotan para atender estas necesidades fan un grandísimo traballo, pois o máis importante e sempre axudar ós necesitados".
De este modo la parroquia de Carballiño se despide hoy de José Benito Sieiro en una última misa muy especial pues también es la despedida de la congregación de las Hermanitas de los ancianos desamparados.
Tras esta celebración la parroquia queda en manos de dos sacerdotes de los que Sieiro afirma que "non se pode quedar mellor, xa levan todo un mes oficiando".
Adiós a las Hermanitas de los ancianos desamparados
La congregación Hermanitas de los ancianos desamparados se despide también de la villa de O Carballiño tras 120 años de servicio en la residencia Hermanos Prieto. Comenzaron su labor en la plaza que lleva ese nombre, cuando fue aumentando el número de ancianos se trasladaron al actual edificio y mañana es su último día allí para cinco de ellas. La madre superiora y el resto de la congregación ya han sido trasladadas a otras residencias donde eran necesarias como Chaves o Viveiro.
Aunque se intentó desde el obispado de Ourense que permaneciesen en la villa, la decisión fue tomada por la sede de Valencia y serán trasladadas. Se despiden agradecidas y queriendo hacer llegar su gratitud y reconocimiento a "aquellos que de forma constante y permanente han mostrado su apoyo a la residencia, así como a las autoridades eclesiásticas".
Hoy a las 11,00 horas se les rendirá homenaje por su labor en una misa de acción de gracias en la Iglesia de A Veracruz. Asistirá la Secretaria General de la Congregación, la Madre Provincial y hermanitas de otras casas que acompañan a la comunidad.
