Un rito ascentral cierra la celebración de la Pascua y da por finalizada la Semana Santa en la parroquia carballiñesa de Santa Uxía de Lobás. Es el 'encuentro' entre Santa María Magdalena y Santa Isabel, una tradición que los mayores de esta localidad todavía recuerdan cuando eran niños. En los primeros años del pasado siglo, los feligreses tenían que madrugar para participar en la ceremonia porque se fijaba para primera hora de la mañana y luego se reunían para tomar un chocolate caliente.
Pero en este Domingo de Pascua, el párroco, Emilio Rodríguez, fue benévolo y programó la misa para las 13.15 horas y la procesión de las santas a su término. Dado que la imagen de Santa Isabel está siendo sometida a tareas de restauración, fue susituída por la Virgen del Amparo, portada por cuatro hombres, mientras por vez primera, La Magdalena fue llevada en andas por cuatro mujeres, que realizaron sus ensayos previos para este menester.
Las dos efigies se trasladan desde la iglesia parroquial hasta el campo de la fiesta de Costoia, y allí sus porteadores se enfrentan y realizan un ritual de venias y genuflexiones de saludo y respeto a ambas santas.
A continuación, las imágenes ya regresan juntas en procesión hasta la iglesia. El día soleado contribuyó a que docenas de vecinos de Lobás y del resto de la comarca carballiñesa se acercaran a participar en el singular encuentro entre la Virgen del Amparo y La Magdalena, una santa que reúne, en el santuario del mismo nombre, a miles de devotos en la romería de cada 22 de julio. Los feligreses, con la promoción de su párroco, recuperaron otra tradición, 'a misa da carballa', que anuncia la primavera.
Las dos efigies se trasladan desde la iglesia parroquial hasta el campo de la fiesta de Costoia, y allí sus porteadores se enfrentan y realizan un ritual de venias y genuflexiones de saludo y respeto a ambas santas.
A continuación, las imágenes ya regresan juntas en procesión hasta la iglesia. El día soleado contribuyó a que docenas de vecinos de Lobás y del resto de la comarca carballiñesa se acercaran a participar en el singular encuentro entre la Virgen del Amparo y La Magdalena, una santa que reúne, en el santuario del mismo nombre, a miles de devotos en la romería de cada 22 de julio. Los feligreses, con la promoción de su párroco, recuperaron otra tradición, 'a misa da carballa', que anuncia la primavera.
