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La piscina de Cea, obligada a cerrar por falta de socorristas

Las piscinas de San Cristovo de Cea cerradas por falta de socorrista (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Las piscinas de San Cristovo de Cea cerradas por falta de socorrista (MARTIÑO PINAL).
Este concello se suma a otros a nivel provincial y gallego afectados por la fuga a otros empleos

San Cristovo de Cea se suma a la lista de concellos con dificultades para disponer de un socorrista para el funcionamiento de las piscinas municipales durante el verano. Las autoridades municipales lo intentaron en dos ocasiones pero lo cierto es que la localidad está sin piscinas desde el pasado 24 de julio. El alcalde, José Luis Valladares, declaraba que casi todos los años se enfrentan a algunas dificultades para disponer de uno de estos profesionales, pero que nunca sucedió lo de este verano, en que a uno de julio empezaba a trabajar el que había remitido la oficina de empleo, pero que a raíz de una lesión que sufrió en un hombro cogió la baja médica. El concello procedía a contratar a un segundo socorrista, que "se topou mal e dixo que xa non iba a volver, así que levamos desde o pasado día 24 coas piscinas pechadas porque non hai outro dispoñible".

El regidor, no obstante, se mostraba optimista y espera que en seis o siete días se incorpore el primer contratado. Además, apuntaba Valladares que va a ser esta la última temporada en que se vean en semejante situación y para ello tiene previsto que dos trabajadores del concello realicen los correspondientes cursos para que puedan prestar este servicio en el caso de que no haya otros demandantes de empleo. "Serán dous traballadores que están dispostos a formarse e que se é necesario atenderán as piscinas en lugar de outras labores que realizan habitualmente", puntualiza el alcalde.

El Concello de San Cristovo de Cea es uno de los pocos que mantiene este servicio totalmente gratuito durante el verano. Las piscinas no sólo son utilizadas por los vecinos sino también por otros concellos limítrofes y, sobre todo, por grupos de colegios que realizan el Camino de Santiago. "Reservan o pavillón para dormir, porque no albergue non hai sitio, e utilizan as piscinas", matiza el regidor municipal, quien añade que "neste verán xa pasaron por aquí dous grupos de máis de 100 rapaces".

El concello se hace cargo de los gastos de mantenimiento y dispone de un trabajador municipal para la limpieza y vigilancia, mientras que para el socorrista cuenta con una subvención de la Xunta. "Os usuarios están contentos porque é gratis e temos as instalacións ben coidadas, e tamén son un atractivo para atraer xente de fora", señala José Luis Valladares.


Un problema que afecta a toda Galicia


Para trabajar de socorrista es necesario contar con un certificado profesional cuyo precio asciende a 1.300 euros. Más de 400 horas de curso para cumplir con la obligatoriedad de estar inscrito en el Registro Profesional de Socorristas Acuáticos de Galicia. El problema está en que estos trabajos tienen sueldos bajos y los contratos suelen ser por dos meses, así que la fuga a otros empleos dificulta encontrar profesionales disponibles. Otros municipios se han enfrentado a este problema como O Barco, la playa fluvial de Os Franceses en A Veiga, Viana do Bolo, Amoeiro, Trasmiras o Verín. En la mayor parte de estos concellos fue necesario retrasar la apertura de las zonas de baño por este motivo.

El problema no se limita a Ourense, es bastante generalizado en la costa gallega. Entre otros está el concello de Ribadeo (Lugo), que acaba de solicitar una solución a la Xunta. Los responsables municipales afirman que "pagamos más que nadie, pero hay cosas a las que no podemos llegar", señalando que en este momento hay en Ribadeo 13 socorristas, cuando en realidad serían necesarios 17. Por eso, consideran que la Xunta "debe tomar nota", porque "es un problema común a todos los municipios costeros".

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